La Policía desarticula en Ciudad Real el laboratorio clandestino de anabolizantes "más activo" de Europa

  • Pretendían fabricar más de 38 millones de dosis, cuyo precio medio ronda los 70 euros.
  • ​Hay 21 detenidos y se les acusa de un delito contra la salud pública, tráfico de estupefacientes y organización criminal.
  • Distribuían los esteroides en cinco ciudades: Línea de la Concepción, Almería, Ciudad Real, Castellón y Málaga.
Productos intervenidos por la Policía tras la desarticulación del laboratorio clandestino de anabolizantes más activo de Europa.
Productos intervenidos por la Policía tras la desarticulación del laboratorio clandestino de anabolizantes más activo de Europa.
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Productos intervenidos por la Policía tras la desarticulación del laboratorio clandestino de anabolizantes más activo de Europa.
La Policía Nacional ha desmantelado en Valdepeñas, Ciudad Real, el laboratorio clandestino de anabolizantes y hormonas más activo de Europa. Con una capacidad de producción anual de unos 1.000 kilogramos de medicamentos prohibidos, la organización desmantelada no solo se dedicaba a la fabricación, almacenamiento y distribución de medicinas ilegales a través de células distribuidas por toda España, sino también al tráfico de estupefacientes.

Golpe al dopaje y al tráfico de anabolizantes. La Policía Nacional ha desarticulado el que consideran como el laboratorio clandestino "más activo de Europa", situado en Valdepeñas (Ciudad Real). La red llegaba a producir al año 1.000 kilos de "medicamentos prohibidos" con los que los clientes mejoraban su forma física, ya fuera aumentando su masa muscular o adelgazando. Los agentes han detenido a 21 personas y han registrado una veintena de domicilios y locales en cinco ciudades diferentes. La mayoría de arrestados son españoles, aunque uno de ellos es polaco. Se les imputan delitos contra la salud pública, tráfico de estupefacientes y pertenencia organización criminal.

En los registros se han intervenido tres millones de dosis para inocular y 65 kilogramos de principio activo de diversos medicamentos, con los que se podrían fabricar más de 38 millones de viales. El precio de medio kilo del "principio activo" ronda, en el mercado negro, los 250 euros. El de la dosis, los 70 euros, según el inspector jefe de la sección de Consumo, Medioambiente y Dopaje de la Policía, Juan José Castro. El cuerpo policial también descubrió un gramo de éxtasis y una pistola.

La investigación comenzó en diciembre de 2018, cuando los agentes de La Línea de la Concepción (Cádiz) intervinieron unas 500 cajas de anabolizantes de una marca que, a la postre, descubrieron que era falsa. La operación, que sigue abierta, ha sido definida como "un éxito histórico" por José Luis Terreros, director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, en una rueda de prensa celebrada este miércoles. Tras el descubrimiento, la Policía dio con la red, que operaba en hasta cinco ciudades diferentes: Línea de la Concepción, Almería, Ciudad Real, Castellón y Málaga

La organización se encargaba de todas las fases de la producción y distribución. Compraban los productos de primera mano de países asiáticos, lo almacenaban y, cuando pensaban que había menos presión policial, los fabricaban en Valdepeñas, donde vivía el líder, "una persona relativamente joven y que llevaba una vida normal". 

La fabricación, para lo que llegaron incluso a sustraer medicamentos del hospital de La Línea, se hacía en un garaje y en un piso. En el garaje se hacían los comprimidos sin ningún tipo de medida sanitaria. Hasta contaban con una máquina de fabricación de pastillas que había sido modificada para que pudiera producir más pastillas debido a la gran demanda que tenían. En la casa envasaban los comprimidos y realizaban las mezclas adecuadas para preparar los viales inyectables.

Después, los distribuían en las otras localidades, consiguiendo a sus potenciales clientes en gimnasios o en tiendas de dietética. Los compradores, "que sabían que era ilegal", según Castro, iban a pisos donde les era suministrada la cantidad correspondiente de asteroides. En uno de los gimnasios donde distribuían los medicamentos participaba la madre del dueño de uno de los locales, quien decía ser médico-practicante jubilada. Su trabajo era el de hacer “pócimas” o “combos” de medicamentos para posteriormente inyectarlos a los clientes, que llegaron a sufrir mareos o, incluso, desmayos.

La organización distribuía más de 800 kilogramos de medicamentos ilegales (anabolizantes, péptidos y hormonas) anuales, entre los fabricados en el laboratorio clandestino y los que importaban. 

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