Cuenta atrás para que la plaza de las Glòries de Barcelona vea el final del túnel

El aspecto del túnel de Glòries, este jueves.
El aspecto del túnel de Glòries, este jueves.
HUGO FERNÁNDEZ
El aspecto del túnel de Glòries, este jueves.

Parte de las paredes del túnel viario de la plaza de las Glòries de Barcelona ya lucen revestidas con paneles vitrificados de color blanco. Son por fin los últimos acabados de una obra faraónica que parecía eterna, tras seis años de actuaciones con múltiples contratiempos, para eliminar el criticado 'scalextric' que se construyó con motivo de los Juegos Olímpicos del 92. Tan avanzados están los trabajos -se ha ejecutado el 85%-, que la alcaldesa, Ada Colau, y la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructures y Movilidad, Janet Sanz, ya han podido informar este jueves desde el interior del túnel acerca de su evolución, ante una gran expectación mediática. Todo marcha según lo previsto: en septiembre entrará en funcionamiento en sentido Besòs, y entre finales de noviembre y principios de diciembre, en sentido Llobregat.

Este jueves, mientras las representantes municipales hacían sus parlamentos, se oía trajinar a las máquinas, algunos de los 150 operarios que se encargan mensualmente de los trabajos iban y venían y el túnel estaba lleno de material de obra que se deberá retirar para dejar paso a los coches una vez finalicen las actuaciones. Queda todavía acabar de panelar las paredes; el falso techo, de color gris, también está a medias; y se tienen que instalar los prismas de servicios. Además, hay que pavimentar el túnel con hormigón y se deben finalizar las aceras que recorren su interior. Están pendientes también las salas técnicas, las cañerías de la red contra incendios o el cableado.

Las paredes del túnel se han empezado a revestir.
Las paredes del túnel se han empezado a revestir.
HUGO FERNÁNDEZ

Son, sin embargo, los últimos flecos de un túnel de 957 metros de longitud -1.157 si se incluyen las rampas de acceso- y dos tubos independientes -uno para cada sentido de circulación- que ha supuesto llevar a cabo una de las obras con más complejidad técnica que se han realizado en la ciudad. En algunos tramos, se ha tardado "21 días en avanzar tres metros", ha asegurado el director general de BIMSA (Barcelona de Infraestructuras Municipales), Ángel Sánchez.

El principal motivo de la dificultad de los trabajos es que el túnel se ha tenido que construir por debajo de los de las líneas R1, R3/R4 y R2 de Rodalies y la L1 del metro. También se ha excavado bajo de la red de alcantarillado y de galerías de servicios. Todo ello ha hecho necesario ejecutar casi 60.000 metros cuadrados de muros pantalla, algunos de hasta 54 metros de profundidad. Además, durante la construcción del túnel se han bombeado diariamente 25.000 m3 de agua freática, lo que equivale a 10 piscinas olímpicas.

Antes del inicio de los trabajos, se instalaron sensores en todos los edificios de alrededor, para controlar posibles movimientos y garantizar la seguridad.

Las obras del túnel, que han costado unos 192 millones de euros, empezaron en abril de 2015, bajo la alcaldía de Xavier Trias, con la previsión de finalizarlas en mayo de 2017. Sin embargo, en abril de ese año, y ya con Ada Colau como alcaldesa, el Ayuntamiento rompió el contrato con las empresas constructoras por retrasos y sobrecostes. El proyecto permaneció parado hasta marzo de 2018, cuando el Consistorio volvió a adjudicar los trabajos, con una duración prevista de 32 meses, hasta principios de 2021. En 2019, las obras se complicaron a la hora de perforar bajo los túneles de la L1 del metro, que tuvo que reforzarse, lo que provocó un sobrecoste de 1,8 millones de euros. En 2020 llegó el estado de alarma por el coronavirus, lo que hizo que los trabajos volvieran a detenerse, esta vez, durante dos meses, desde marzo hasta mayo.

"Ya podemos ver luz al final del túnel", ha celebrado este jueves Sanz, que ha apuntado que la obra "reenfoca el centro de Barcelona hacia el Besòs y pone la mirada en unos barrios que se sentían periferia", que dejarán de estar separados entre sí por un 'scalextric'. Por su parte, Colau ha afirmado que "no es solo un túnel, sino una conquista de espacio público de calidad". Jaume Badenes, de la Asociación de Vecinos del Poblenou, se ha mostrado satisfecho con los trabajos después de que el vecindario "haya sufrido los inconvenientes de un punto negro de la ciudad no resuelto urbanísticamente". También ha recordado la lucha vecinal por hacer realidad el túnel y ha apuntado que tendrá un carril para autobuses gracias a ella.

Avanza el parque en la superficie

Gracias a la construcción del túnel y la eliminación del 'scalextric', Glòries ha ganado ya 20.400 m2 de verde con la primera fase de construcción del parque de la Canòpia Urbana, que acabó en 2019. El plan que permitirá abordar la segunda fase y urbanizar parte de la plaza ya se ha aprobado. También ha obtenido luz verde el proyecto de urbanización asociado al recorrido del tranvía.

Se construirán, además, equipamientos y vivienda libre y pública. Entre octubre y diciembre empezarán las obras de una promoción de 238 pisos, con 125 protegidos y 113 de derecho de superficie.

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