Los moros le dejan a Alfonso X las llaves de una ciudad mojada

Los moros y cristianos guardan desde anoche sus atuendos medievales hasta el año que viene. La lluvia que ayer cayó sobre Murcia no evitó la celebración de la cuarta corrida de la feria.
Los moros y cristianos dejan sus disputas para el año que viene.
Los moros y cristianos dejan sus disputas para el año que viene.
Fran Manzanera
Los moros y cristianos dejan sus disputas para el año que viene.
La historia no se puede cambiar, porque si no, las enciclopedias tendrían que reinventarse una y otra vez. Por este motivo, de nuevo ayer el bando moro, derrotado por el cristiano, dejó de dominar la ciudad de Mursiya y le entregó las llaves de ésta al todavía infante Alfonso X.

Este simbólico acto supone el cierre de las celebraciones de Moros y Cristianos, antesala del fin de fiesta de hoy con la subida de la Virgen a su santuario.

Además, el recinto de los Huertos del Malecón celebró su última noche de este año, aunque lo hizo con la lluvia como compañera de despedida.

Pero los que siguen adelante, al menos hasta el domingo, son los festejos taurinos. Ayer, Pepín Liria puso en pie al coso de La Condomina con la faena de su segundo toro y además, dio un susto de muerte al respetable, al ser cogido por el astado.

Afortunadamente, el ceheginero sólo sufrió el golpe y no fue corneado. En pleno éxtasis, le concedieron las dos orejas.

Enrique Ponce pudo llevarse algún apéndice de su segundo si hubiera estado más fino con el estoque. Sí lo hizo Morante en el último toro, aunque los de Domecq fueron flojos en general.

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