"Del abdomen hacia abajo" y sin aviso si hay violencia: así es el protocolo de los Mossos para usar balas de foam

  • La policía hace pública esta información tras el caso de la joven que perdió un ojo por el impacto de uno de estos proyectiles durante las protestas por Hasel.
  • El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha señalado que estos protocolos están "en constante revisión".
Agentes de Mossos d'Esquadra preparados para disparar proyectiles de foam en el marco de los disturbios por el encarcelamiento de Pablo Hasel en Barcelona.
Agentes de Mossos d'Esquadra preparados para disparar proyectiles de foam en el marco de los disturbios por el encarcelamiento de Pablo Hasel en Barcelona.
Hugo Fernández
Agentes de Mossos d'Esquadra preparados para disparar proyectiles de foam en el marco de los disturbios por el encarcelamiento de Pablo Hasel en Barcelona.

Los Mossos d'Esquadra han publicado este lunes en su página web el protocolo de uso de las balas de foam, que obliga a apuntar por debajo del abdomen. Además, no exige un aviso previo en manifestaciones cuando haya acciones violentas ni autorización del mando policial en casos de "peligro muy grave".

La publicación de este documento llega tras la insistencia de entidades como el centro de defensa de los derechos humanos Irídia ante el caso de la joven que perdió un ojo a causa del impacto de uno de estos proyectiles el pasado 16 de febrero en una manifestación contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, un hecho que provocó que se cuestionara el uso de las balas de foam.

Sin aviso previo en manifestaciones con "acciones violentas"

El protocolo establece que, con carácter general, se podrán usar estos proyectiles en situaciones que comporten "desórdenes públicos graves y con peligro inminente para las personas, la policía y los bienes inmuebles"; que requieran "neutralizar conductas violentas individualizadas que pueden provocar lesiones a las personas o daños a los bienes"; que supongan "un riesgo para la integridad física de terceras personas" y en "situaciones peligrosas para la seguridad ciudadana". 

Eso sí, antes de usar las lanzadoras de foam, "será necesario haber agotado las vías de diálogo y mediación" y hacer un aviso de que se va a hacer uso de esta munición de precisión. Sin embargo, no será obligatoria la comunicación previa de su uso en las manifestaciones "cuando se produzcan alteraciones de la seguridad ciudadana con armas o cualquier otro medio de acción violenta".

"Del abdomen hacia abajo"

Según este reglamento, los proyectiles de foam deberán dispararse "del abdomen hacia abajo" y, en el caso que la persona tenga en sus manos un objeto arrojadizo, contundente o un arma blanca, "se puede dirigir a la extremidades".

El agente autorizado para hacer uso de esta arma será aquél asignado por el comandante del equipo y, por norma general, será necesaria la "autorización expresa de la persona que ejerce el mando del equipo o del dispositivo" para usar estos proyectiles.

Sin embargo, el protocolo detalla que se podrán usar los proyectiles de foam sin autorización "excepcionalmente, en casos de extrema necesidad con peligro muy grave para las personas, para los propios agentes de policía o para los bienes".

En este caso, señala el protocolo, el agente deberá "informar lo antes posible del uso, de las circunstancias que han provocado la necesidad de utilizarlo y de los resultados de la intervención", y añade la necesidad de usar estas armas "siguiendo los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad".

Por otra parte, estas lanzadoras permiten la trazabilidad y el control posterior de su uso. Además, cada operador y mando policial debe informar del número y del tipo de proyectiles que se haya disparado en cada intervención, del lugar y de la hora de la forma más exacta posible, y de las posibles incidencias detectadas.

"En constante revisión"

El conseller de Interior en funciones, Miquel Sàmper, ha admitido este lunes en rueda de prensa que la publicación de estos protocolos ha provocado divergencias con comisarios de los Mossos, que hubieran preferido esperar unos meses, pero ha señalado que se había comprometido con el centro Irídia, Amnistía Internacional y el Síndic de Greuges a facilitar esta información cuanto antes: "Se puede hacer hoy, mañana o de aquí a tres meses, pero yo me comprometí en enero y no puedo llegar a mayo sin respuesta".

También ha reconocido que, seguramente, "estos protocolos no sean los mejores del mundo" y ha asegurado que están "en constante revisión" y que "se irán actualizando". 

Ha insistido en que es el Parlament el que debe considerar la necesidad de revisar y de modificar, si fuera necesario, el modelo de orden público, como ocurrió en 2014, cuando se prohibió el uso de las pelotas de goma a los Mossos tras el caso de Ester Quintana, que perdió un ojo a causa del impacto de una pelota de goma durante una huelga general.

Sàmper ha señalado que estas balas de foam "son el mecanismo que tenemos a día de hoy para dispersar lo que puede ser una manifestación o una actuación que ponga en riesgo el orden público".

En este sentido, ha añadido que "su prohibición debe pasar por el Parlament, que las desautorice y las sustituya" y ha remarcado que "no se puede desautorizar un sistema sin poner otro que asegure la seguridad de los policías y que puedan restablecer el orden público".

Por otra parte, el conseller ha asegurado que la publicación de este protocolo no está relacionada con el preacuerdo de Govern entre ERC y la CUP, que preveía la suspensión del uso del foam hasta que se publicase el reglamento.

La CUP ve el protocolo "un insulto"

En cuanto a este pacto, el diputado de la CUP en el Parlament Xavier Pellicer ha calificado de "insulto" el protocolo. "Lo que se ha publicado hoy no es un protocolo, es un texto de una página y media. Lo podría haber redactado cualquier persona", ha dicho, y ha añadido que, con este documento, "no se puede levantar la moratoria".

En rueda de prensa este lunes, Pellicer ha pedido la prohibición inmediata del uso de estos proyectiles y ha considerado "curioso" que los agentes deban avisar antes de usarlos, pero que este aviso no sea obligatorio en manifestaciones.

El diputado ha señalado que "la trazabilidad y el rastreo son inexistentes", y ha reprochado la falta de concreción sobre qué formación reciben los agentes que utilizan estas armas.

Irídia lamenta que no se prohíba "de forma clara" apuntar a la cabeza 

El centro por la defensa de los derechos humanos Irídia ha lamentado este lunes en un hilo de Twitter que el protocolo publicado no prohíba "de forma clara" disparar a la cabeza, hecho que han tachado de "muy grave", por lo que han reclamado "que se modifique con urgencia".

En cuanto al hecho de que esté permitido disparar a las extremidades si la persona tiene un objeto arrojadizo, contundente o un arma blanca, Irídia advierte del riesgo de disparar a la cabeza en el caso de que el brazo esté en alto.

El centro recuerda el caso de la joven que perdió un ojo en las protestas por Hasel y el de una mujer "gravemente herida en la cabeza en octubre de 2019, además de cuatro casos de pérdida de ojo en el 2019 que aún no se sabe si fue por bala de foam o por pelota de goma".

Ante esta situación, confían en que "los grupos parlamentarios aprueben pronto la creación de una Comisión de Estudio sobre modelos de orden público y mecanismos de control".

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