La crisis ha llevado a muchas personas, a veces incluso en comercios donde ya les conocen, a hurtar productos de primera necesidad. La impresión de varios portavoces del gremio consultados es que los robos se han duplicado o incluso triplicado en comparación con hace un año.

La asociación que integra a las cadenas de supermercados de la Comunitat, Asucoba, precisa que ha habido un repunte en los centros grandes, pero no en los pequeños.

Desde Carrefour coincide en que, en efecto, los hurtos han aumentado bastante. Varios pequeños comercios consultados por 20 minutos corroboran también este crecimiento, mientras en Mercadona no se ven afectados.

José Luis Cariteu, de Checkpoint, una empresa de seguridad, subraya que los robos en algunos distritos (extrarradio de las ciudades o zonas turísticas) se concentran desde el día 20 de cada mes, los fines de semana o cuando los empleados "van a comer" y hay menos vigilancia.

El perfil del ladrón ha cambiado radicalmente. Hasta hace unos meses, en Alicante funcionaban bandas que robaban electrónica o perfumes para la reventa, o también ladrones "por impulso" pero que ahora "jubilados y amas de casa" se llevan "desde latas de atún hasta embutidos", todo productos de primera necesidad.

Cuando se detecta un hurto, o saltan las alarmas, los ladrones "suelen jugar al despiste y decir que no se han dado cuenta, antes de devolver el producto", dice Cariteu.

Cámaras, microchips...

Los comercios demandan cada vez más medidas de seguridad para blindarse contra los hurtos. Muchas se limitan a introducir los productos en grandes cajas, o también por que haya un guardia de seguridad. Otros, han colocado etiquetas con chips, que detectan unas antenas y, al intentar llevárselos, suena la alarma y, en el caso más extremo, instalan cámaras de vídeo con un circuito cerrado de televisión.

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