La crisis económica, unida al auge del DVD, la televisión digital y las descargas de películas a través de Internet están pasando una grave factura al cine. Durante el pasado año, las salas cinematográficas de la provincia de Pontevedra perdieron casi un 20% de espectadores, pasando de los 4,1 millones de 2007 a los 3,4 de 2008.

En consecuencia, también los ingresos de la industria del cine han caído. En 2007, las salas superaron los 22 millones de euros, pero el pasado año apenas se alcanzaron los 20.

Para animar a los ciudadanos, los cines ofrecen cada vez más descuentos. Más allá del día del espectador, hoy las salas gallegas rebajan el coste de la entrada en las sesiones de la primera hora de la tarde, los pases matinales y también se conceden ventajas para los titulares del Carné Joven, por ejemplo.

Pese a todo, los precios de las entradas para ver una película en la gran pantalla rondan los seis euros. Si a ello se suman las palomitas y la bebida, serán necesarios unos diez euros por persona y sesión.

Ante esta situación, muchas salas no logran superar la crisis y se ven obligadas a echar el cierre.

En 2008, cinco cines de la provincia de Pontevedra dejaron de prestar sus servicios, de forma que hoy hay sólo 68 salas cinematográficas, según los datos del Ministerio de Cultura. La cifra sitúa a Pontevedra a la cabeza de Galicia, por encima de A Coruña (con 66 cines), Lugo (23) y Ourense (12).

El Anuario de Estadísticas Culturales pone de manifiesto que Galicia es la tercera comunidad con menos salas de cine por cada 100.000 habitantes.  Hay 6,8, cuando la media española se sitúa en 9,7 salas por cada 100.000 habitantes. Sólo Castilla-La Mancha y Aragón están en peor situación que Galicia, con una proporción de 6 y 6,1.

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