La 'Madrugá' del Viernes Santo de

Sevilla se ha celebrado con c

ientos de miles de personas en las calles, retrasos de pocos minutos en el discurrir de las cofradías y algunos

incidentes aislados por peleas entre jóvenes y un caso de malos tratos.

Las cofradías de la 'Madrugá' han recorrido las calles de la ciudad en medio del fervor de cientos de miles de sevillanos y turistas, en la primera Semana Santa en muchos años que, por el momento,

no se ha visto alterada por la lluvia en ninguna de sus jornadas.

El portavoz del Centro de Coordinación Operativa del Ayuntamiento ha explicado que uno de los incidentes de la noche se produjo por la

pérdida de aceite de un vehículo de limpieza en la céntrica calle Tetuán que obligó a desviar a las hermandades de El Valle y la Quinta Angustia por la calle O'Donnell.

A las 4.15 horas de la madrugada se produjo otro incidente en la calle San Pablo, cuando la Policía detuvo a

un hombre que estaba golpeando a su esposa y algunos transeúntes intentaron colaborar en su detención. En ese momento se produjo un conato de carreras de unas cien personas que creó la alarma y recordó a las

avalanchas que, en la Semana Santa de 2000, causaron más de cien heridos.

La hermandad de

la Macarena fue la primera de las seis cofradías en poner su paso de Jesús de la Sentencia en la calle, seguido por el mar de plumas blancas que forman los 'Armaos' de la centuria romana que le escolta. Otra cofradía "de barrio",

la Esperanza de Triana, fue recibida por lluvias de pétalos a su salida por la calle Pureza.

En contraste con estas cofradías populares,

El Calvario ha salido de la iglesia de la Magdalena en medio de un silencio sepulcral solo roto por la voz desgarrada de las saetas en honor de su Cristo del Calvario y Virgen de la Presentación.

El Cristo de Los Gitanos, como ya es tradición, ha salido de su iglesia a los sones de "La saeta" de Joan Manuel Serrat. 

El Gran Poder, conocido como 'El Señor de Sevilla', ha vuelto a lucir este año su tradicional túnica franciscana, que le da sus característicos andares, después de la experiencia del año pasado al recuperar una túnica de cardos totalmente bordada en oro, que no usaba desde hacía 60 años.

La noche ha registrado un lleno total tanto en los palcos de Carrera Oficial como por las calles de Sevilla, donde el alcalde de la ciudad