La seccion segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a 23 años de prisión por un delito de asesinato, con las agravantes de género y de parentesco, al hombre acusado de matar en 2019 a su pareja en Vinaròs (Castellón), descuartizar el cadáver y enterrar los restos mortales en una fosa en Ulldecona (Tarragona).

La sentencia, que recoge el veredicto de culpabilidad emitido por parte de un jurado popular, le impone la obligación de indemnizar con 91.000 euros a la madre de la víctima y con 19.500 euros a los hermanos.

Los hechos, según la sentencia, ocurrieron el 17 de febrero de 2019, cuando el acusado, junto con su pareja, con la que convivía en una vivienda de Vinaròs (Castellón), acudieron tras cenar en su casa con unos amigos a una discoteca, donde mantuvieron algún tipo de discusión. Posteriormente regresaron a casa sobre las 4 o 4.30 horas de la madrugada, donde continuaron con la discusión.

Tras ello el acusado se marchó de casa para volver a la discoteca solo, donde acudió al poco rato su pareja tras haberse cambiado de ropa y de peinado para complacerle. Sobre las 5.30 horas aproximadamente regresaron de nuevo ambos a su domicilio,yendo la mujer con sus facultades mermadas por el alcohol ingerido durante toda la noche y, una vez en el mismo, el acusado, "en la continuidad de su posición dominante y machista", decidió acabar con la vida de su pareja.

Así, según la sentencia, aprovechándose de la superioridad que le suponía su notable complexión física y el estado etílico que impedía a su pareja articular una mínima actividad defensiva, empezó a golpearla violentamente "de manera abusiva y reiterada" en la cabeza y en diferentes zonas del cuerpo.

Como consecuencia de los golpes, la mujer sufrió numerosas lesiones, así como un traumatismo craneoencefálico y una colección hemorrágica subaracnoidea izquierda que terminó provocando la muerte.

El acusado salió de casa y volvió de nuevo a la discoteca. En horas posteriores, con el fin de no ser descubierto, solo o ayudado por alguien, procedió a descuartizar el cadáver de la mujer envarias partes con un objeto cortante, liso y afilado, para después lograr sacar el cuerpo de la vivienda y poder deshacerse del mismo.

Así, introdujo las ocho partes resultantes en el interior de unas bolsas de plástico, que trasladó en un vehículo hasta un paraje inhóspito de una finca rústica ubicado en el término municipal de Ulldecona (Tarragona) paralela al trazado de la autopista AP-7, donde enterró el cuerpo en una fosa que cubrió con piedras y escombros.