Las Carmelitas Descalzas han pedido desesperadamente ayuda para vender su antigua residencia, el monasterio de San José, del s. xvii, de Medina de Rioseco.

Necesitan los fondos para evitar el embargo del convento en el que ahora viven en Valladolid (el que perteneció a las Madres Reparadoras) y cuya hipoteca no han podido afrontar debido a que, cuatro años después, no encuentran comprador.

La priora, Olga María del Redentor, ha asegurado a la agencia Efe que su comunidad, integrada por 18 monjas, subsiste gracias a la venta de formas y a la caridad pública, y ha dicho que se encuentran en una «situación límite», al borde del embargo, si en breve no afronta el pago de la hipoteca.

«Hasta ahora hemos salido adelante porque el banco (BBVA) ha sido benevolente», escribe la priora en una carta que circula por Internet.

La salida de las religiosas, de entre 23 y 85 años, fue muy polémica en Medina de Rioseco. Argumentaron que el convento se encontraba en deficientes condiciones de habitabilidad y amenaza de ruina.

Se llevaron consigo las 177 piezas de arte, de las que 117 regresaron a Rioseco en mayo de 2007.

La primera opción de venta del convento fue a las monjas de Grajal (León) con las que llegaron a firmar un acuerdo cercano a los 4 millones, aunque finalmente las religiosas de Grajal han acabado en Toledo abandonando su convento, también con polémica.

Obras de arte de ida y vuelta

Las carmelitas se llevaron consigo a Valladolid las 177 obras de arte del convento, incluidas en el inventario de Bienes Patrimoniales de Castilla y León. Ello motivó la apertura de un expediente sancionador por parte de la Junta. Finalmente se alcanzó un acuerdo por 75 años por el que el Ayuntamiento de Rioseco custodiaba 117 piezas.

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