Su llegada a Cuestión de Sexo pone en peligro la relación entre Diego (Guillermo Toledo ) y Alba (Pilar Castro ). Aunque han pasado algunos años desde el idilio que Alba mantuvo con su cuñado, parece que la llama sigue encendida... De hecho, en el capítulo de este miércoles hará todo lo posible para que Diego eche a su hermano de casa.

¿Toni le va a levantar la mujer a su hermano?

Ya se verá... pero hay una cosa no resuelta, una tensión que creará una serie de conflictos.

¿Cuáles son las armas de seducción de su personaje?

Por una parte él juega con los antiguos recuerdos de ese pasado que ha tenido con Alba. Intenta revivir ese amor no cerrado del todo. A Toni le gustan las mujeres, tontear y conquistar, pero no es especialmente mujeriego.

En la tele hace comedia y en el cine, terror. ¿Le gusta cambiar de registro para no encasillarse?

Igual en los últimos tres años ha dado la casualidad de que he hecho más comedia en televisión y más thriller en cine, pero el encasillamiento no es algo en lo que piense habitualmente. Me lo paso muy bien en todo tipo de géneros.

Ha hecho cine, tele y teatro, ¿dónde se siente más cómodo?

No le hago ascos a nada, pero si tengo que escoger me quedo con el cine porque es el medio grande, el que me pone cachondo. Pero en televisión me lo paso muy bien y, además, es lo que realmente te da de comer.

Estudió Antropología e Historia... ¿Cuándo se dio cuenta de que la interpretación era lo suyo?

A la vez que hacía Antropología estudiaba en la Escuela de Teatro de Barcelona. Como no me suponía un esfuerzo titánico terminé la carrera, pero a mí lo que me movía y me gustaba era la interpretación.

¿Hay mucha telebasura?

Por lo poco que veo, creo que sí. Entre el cotilleo, los programas de tarde, enseñar miserias ajenas... estoy un poco en contra de todo esto y me sorprende que haya gente a la que le interese tanto el morbo o la vida ajena.

¿Vive obsesionado por las audiencias?

No soy muy enfermo de eso y no me preocupa especialmente. Desgraciadamente, las series aguantan muy poco en la parrilla y no da tiempo a que el público empatice con los personajes que está viendo, porque a la tercera semana se van al garete.