"Es muy fácil y, sobre todo, muy triste decirlo ahora, pero probablemente podía haberse evitado la muerte de la mujer". Julio Fresnedo resume con estas palabras la tragedia que se vivió el pasado sábado en Os Pelamios, donde una turista salmantina, de 51 años, perdió la vida al ceder la valla protectora del Paseo Marítimo y caer desde una altura de cinco metros. Recuerda, como muchos de los residentes de la zona, que las quejas por el mal estado de la infraestructura arrancaron "hace ya tres años", y que nunca obtuvieron respuesta por parte del Ayuntamiento.

"Yo mismo hablé con los agentes que de vez en cuando se ven por aquí", afirma Fresnedo, mientras señala varios tornillos oxidados a punto de desprenderse de la valla. María del Carmen Rey confirma que la balaustrada "parecía que estaba hecha de goma y daba la impresión de que podría ceder en cualquier momento".

Zona precintada

Ayer, decenas de paseantes se acercaron al lugar donde la valla se vino abajo, que se encuentra precintado por el 092. De hecho, la estructura todavía puede verse sobre el césped. Alguno de los habituales recordaba muy bien las escenas que se vivieron el sábado, cuando el marido de la fallecida (que paseaba con un matrimonio amigo y la hija menor de edad de éste) "empezó a gritar y a llorar" una vez que su mujer se precipitó al vacío desde una altura de unos cinco metros.

El Ayuntamiento lamentó el accidente y se puso a disposición de la familia (que venía a pasar en la ciudad el puente de San José), al tiempo que asume que el mantenimiento de esta infraestructura es su responsabilidad. El PP va todavía más allá y ya ha exigido que se abra una "investigación profunda" para determinar con exactitud qué ocurrió para que la valla se viniese abajo.

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