El nuevo Río Hortega, según su arquitecto, Luis Fernández Inglada, «responde a un nuevo concepto de hospital, donde su estructura horizontal lo convierte en una ciudad hospitalaria, en la que los pasillos asemejan calles y donde la luz ilumina mejor el espacio. Es un edificio más humano, más funcional y cómodo para los usuarios y los profesionales».

Sin embargo, los celadores del centro no están dispuestos, como si del Escatérgoris se tratase, a aceptar cómodo como característica del nuevo hospital.

«Desde luego que para nosotros no lo es», explica uno de los profesionales de rayos. «Hay días que no me quedan ganas ni para comer», subraya otro.

14 kilómetros diarios

La explicación a este hartazgo la encontramos en los 14 kilómetros de media que cada día andan para realizar su trabajo, más de lo que un futbolista recorre durante un partido de fútbol (entre 11 y 14 kilómetros). «Lo hemos medido con podómetro y hay veces que llegamos hasta 18», añaden a 20 minutos.

Pero a esta caminata, que desde UGT consideran «vergonzante», hay que sumarle otro factor añadido. «No lo hacen de paseo, lo hacen tirando de una cama con un paciente o de una silla de ruedas cargada.

Nadie puede negar el esfuerzo que hacen pero han de contratar a más celadores o surgirán problemas de salud, porque hasta esta semana, en el servicio de rayos, eran los mismos que en el viejo».

Ahora, ante las grandes distancias (el pasillo principal tiene 280 metros, en plano) es obligatorio trasladarles desde la habitación a la sala de rayos en silla de ruedas.

El resultado: el celador se pega entre 23 y 26 paseos de ida y vuelta al día.

Los datos

Hay 160 celadores: La mayoría tienen mucho trajín, pero no todos andan tanto.

La comparación: Hacen la mitad de una marcha Asprona a diario. De 11 a 14 km corre un futbolista, de 3,8 a 5 km, en baloncesto.

Con un mapa: Ante la amplitud del centro los celadores van siempre con un plano para no perderse.

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