La junta, democracia en estado puro

Reuniones de vecinos: Cada decisión se adopta por acuerdo mayoritario entre los propietarios, todo un ejemplo de participación a pequeña escala
Todos conocemos las comunidades de vecinos: un microcosmos que reproduce de alguna manera estructuras sociales a pequeña escala y que muchas veces puede convertirse en una fuente inagotable de disputas. En este universo, los intereses de la familia con aires aristocráticos del tercero y de la aficionada al espionaje del primero pueden chocar.
 
Y ahí está, como en nuestra sociedad, la democracia, en este caso vecinal, para que la toma de decisiones que afectan a todos no se encuentre con escollos insalvables.
 
La participación de los vecinos en una comunidad está regulada por los artículos 13 al 19 de la Ley de Propiedad Horizontal, que establece los cargos del presidente, vicepresidente, secretario y administrador como los órganos de gobierno, a los que se puede unir la figura de los vocales si fuera necesario. Estos cargos son de obligado cumplimiento y la renuncia a alguno de ellos requiere la justificación de las causas ante un juez.
 
Democracia directa
 
Los órganos de gobierno son elegidos directamente por acuerdo mayoritario de la junta de propietarios, que tendrá que reunirse al menos una vez al año en la junta general ordinaria, donde además se aprueban las cuentas de la comunidad para todo el curso.
 
A lo largo del año también se pueden convocar juntas extraordinarias. En estas reuniones, que tendrán que ser convocadas con tres días de antelación por el presidente o por medio de las firmas de al menos el 25% de los propietarios, las decisiones se toman siguiendo el orden del día con los votos de la mayoría de los asistentes. «Esto puede llevar a situaciones conflictivas, ya que teóricamente las decisiones de una comunidad de 100 vecinos se pueden resolver con el voto de diez», asegura Jesús Flores, asesor jurídico de Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid. «Aunque normalmente suelen celebrarse cuando hay gente en el inmueble. Si no se puede asistir a una reunión de vecinos es aconsejable delegar el voto en otra persona mediante un escrito firmado por el propietario», recomienda.
 
Ruegos y preguntas
 
El último punto en el orden del día de una junta suele ser también el más problemático, ya que es el único susceptible de improvisación o la malicia, según el caso. La ley establece que en este turno no se pueden tratar temas importantes o de interés general. «Estaríamos utilizando la puerta de atrás para colarle algún tema a la comunidad», señala Jesús Flores. «Este punto es muy conflictivo entre vecinos», destaca.
Mostrar comentarios

Códigos Descuento