Los siete jóvenes detenidos en la madrugada del pasado sábado, cuando la Policía Nacional efectuó una redada en un bar de copas del centro de León, han presentado otras tantas denuncias en el Juzgado de Instrucción número 2 contra los agentes por las lesiones ocasionadas.

Entienden que fue una intervención "desmesurada", en la que en ningún momento se respondió a la actuación policial. Los siete detenidos, a los que se acusa de atentado contra la autoridad, ya se encuentran en libertad.

Los detenidos aclararon, a través de sus abogados, que en una primera redada preventiva realizada en el local, la Policía Nacional "no encontró nada". Fue más tarde cuando en el bar de copas entraron alrededor de una decena de miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) e intervinieron dos navajas, un mosquetón de acero, dos sprays de defensa, un porro, un pedazo de hachís y un puño americano, entre otros objetos, que "no se habían utilizado y no se pudo determinar quién era su propietario", según declararon los abogados, que insisten en que los detenidos "no respondieron al ataque policial ni agredieron con botellas a los policías".

Los siete detenidos, sin antecedentes y sin relación alguna entre ellos, presentaron denuncias por las lesiones ocasionadas por los agentes de la autoridad, entre las que se encuentran contusiones debido a las esposas, erupciones en diferentes zonas del cuerpo por los golpes recibidos, lesiones y brechas en la cabeza, policontusiones o un esguince de tobillo, y por las que tuvieron que recibir atención médica e incluso algunos no han podido ejercer su actividad habitual de forma normal.

Los detenidos denunciaron también el trato recibido por los agentes en el traslado en el furgón policial. "A uno le dijeron que le trasladaban al hospital cuando donde le estaban llevando era a comisaría y les tiraron a todos en el suelo del furgón, y al emprender la marcha, además a gran velocidad, les provocaron más contusiones de las que ya habían recibido", dijeron los abogados.

Agentes atendidos

Los agentes que tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos lo hicieron uno con contusiones en el hombro ocasionado por una botella y en general por golpes y cortes en las manos, según los partes médicos. Esta actuación policial se enmarcó, según la Subdelegación del gobierno, en la lucha contra la delincuencia, el tráfico y consumo de estupefacientes y la tenencia ilegal de armas, sobre todo las consideradas blancas.