La Covid-19 ha complicado las campañas de recogida de juguetes por Navidad destinados a los niños más vulnerables. La imposibilidad de realizar actividades en la calle, como paraditas o conciertos, ha provocado una pérdida de visibilidad que se ha traducido en una reducción de los juguetes recibidos.

Así lo cuenta Sara Béjar, referente de la provincia de Barcelona de la campaña de recogida de juguetes de Creu Roja Joventut, que añade que, además, este año, debido a la crisis provocada por la pandemia, la demanda de estos juguetes ha crecido.

Para contrarrestar la falta de visibilidad en las calles, la entidad ha lanzado una campaña en redes sociales, aunque Béjar lamenta que “aunque las redes llegan muy lejos, no funcionan igual que si alguien puede explicártelo en persona”.

"Cualquier niño tiene derecho a estrenar juguetes, sea cual sea la situación económica de sus familias"

Bajo el lema ‘Sus derechos en juego’, la organización recuerda que los juguetes son un derecho de los niños y recoge aquéllos que sean no sexistas y cooperativos para fomentar la “educación en valores”. Creu Roja pide, además, que los juguetes donados sean nuevos porque “cualquier niño tiene derecho a estrenarlos, sea cual sea la situación económica de sus familias”.

La campaña termina el 4 de enero, y aún faltan juguetes para poder llegar a los 25.000 niños que los necesitan. Desde la entidad informan que, sobre todo, faltan de la franja de 0 a 3 años y de 10 a 14, y hacen un llamamiento a donarlos en sus puntos de recogida, que aparecen en la web, o, por las dificultades de movilidad que presenta la pandemia, a donar directamente el dinero que les permita comprarlos.

Para detectar qué hogares necesitan estos juguetes, Béjar cuenta que la mayoría son de niños que ya participan en proyectos de Creu Roja y que han sido derivados previamente por servicios sociales. Aun así, señala que, para la campaña de juguetes, aumentan estas derivaciones.

Juguetes “libres de Covid”

Para garantizar la seguridad ante la pandemia del coronavirus, los juguetes que reciben en sus puntos de recogida no se tocan en dos días. Luego, se limpian y se guardan “libres de Covid”.

Cada semana se envían juguetes a las entidades locales que hacen las demandas y éstas se organizan para repartirlos evitando las aglomeraciones. “Cada local, dependiendo del número de niños que tenga, se organiza para mantener la seguridad”, explica Béjar.

Crecen los voluntarios

Este año, 1.500 voluntarios han participado en la campaña de juguetes. Béjar cuenta que “el número de voluntarios ha crecido desde que comenzó la pandemia. La gente se implica y es un poco más consciente de la situación y de la gran necesidad que hay entre la población”, y recuerda que siempre están abiertos a tener voluntarios nuevos.

“La demanda ha crecido mucho, y, si hemos podido llegar a todos, es gracias al voluntariado”

Además de la campaña de juguetes, estos voluntarios ayudan a los niños más vulnerables de muchas formas. Antes de la pandemia, realizaban proyectos de acompañamiento y refuerzo educativo para niños y jóvenes de hasta 16 años. “Los acompañamos en la etapa más importante de su vida. Queremos estar ahí y ayudarles a crecer en valores”, relata.

Este año, debido a la imposibilidad de hacer actividades presenciales por el coronavirus, se han reinventado y han ofrecido diferentes alternativas, como el envío de kits de manualidades, folios, rotuladores, pinturas, etc. “La demanda ha crecido mucho, y, si hemos podido llegar a todos, es gracias al voluntariado”.