El encierro del domingo de Carnaval en Ciudad Rodrigo, Salamanca, se convertió en una trampa para caballistas y corredores. En una parte de su recorrido resultaban heridos críticos por asta de toro ocho varones de distintas edades y procedencias. Con pronóstico reservado, todos ellos fueron trasladados al hospital Virgen de la Vega de Salamanca.

A estos ocho heridos, se sumaban además otras 11 personas heridas también por asta de toro. Como consecuencia de los erales de la ganadería de Jacinto Ortega que conformaban el encierro de campo, resultaba herido uno de los caballistas cuyo animal caía encima de su jinete, que fue arrollado después por el resto de caballistas, aunque por fortuna pudo salir del recorrido por su propio pie.

Todo este cúmulo de circunstancias propiciaba que el encierro de campo tuviera que ser suspendido sin que morlacos ni jinetes pudieran llegar a la plaza. En la zona conocida como el registro se cortaba el encierro bajando la manada hacia los toriles por falta de ambulancias que pudieran atender posibles incidentes. También la capea y el posterior desencierro se suspendía por el mismo motivo.