El negro es nuestra zona de confort: es elegante, vale para (casi) cualquier ocasión, es sufrido y combina con todo, ¿qué más podemos querer? Sin embargo, cuando queremos arriesgar un poco más y salir de lo básico, el mundo se nos puede hacer un poco bola.
Para estos bloqueos hay unas directrices muy fáciles de seguir para que todo sea mucho más fluido a la hora de vestir con colores, sin que haga falta, por ejemplo, que memoricemos que el beige pega con el azul, café, esmeralda, negro, rojo o el blanco.
'Total looks'
Una apuesta segura a la hora de usar color es decantarnos por un total look, es decir, llevar todas las prendas del mismo color. La monocromía en el mismo tono o diferentes es muy buena opción para llevar colores que no sean el negro y no sentir que la podemos liar combinando algunos colores que no peguen.
Colores opuestos
Si ir con un único color nos parece demasiado, podemos recurrir a la teoría del color. Si cogemos los colores opuestos en la rueda cromática, podemos ver que pegan a la perfección entre sí. Por ejemplo, podemos llevar un pantalón marrón con un top o blusa verdes, siendo un acierto seguro. Otra opción es recurrir a las triadas, por ejemplo el morado, el naranja y el verde, combinando con estos colores nuestras prendas y accesorios. Con una rueda cromática cerca, nada puede fallar.
Colores pastel
Si te haces un lío con la teoría, estás de suerte: los colores pastel combinan todos entre sí, pero si no queremos parecer algo infantil, un accesorio en un color fuerte para equilibrar el look.
No tengas miedo a experimentar
La moda es una expresión de nosotros mismos, y por ello no tenemos que tener miedo a jugar con ella y arriesgar en nuestros conjuntos. Siempre se ha dicho que el rosa con el rojo o el naranja no pegan, sin embargo para muchos resulta una combinación perfecta.
Comentarios