La Policía de Hangzhou, China, ha detenido esta semana a un ladrón gracias al escándalo que produjo su vestimenta: una armadura hecha con utensilios de cocina, informa The Sun.
Entre otros elementos, el ladrón llevaba la tapa de una cacerola en el pecho, una olla a modo de casco y una tabla de cocina en la entrepierna, con el fin de protegerse en el caso de que los dueños de las casas que robaba le sorprendieran y decidieran tomar represalias.
Sin embargo, lo que hicieron los cacharros fue alertar al propietario de la casa, que llamó a la Policía después de oír como el ladrón tropezaba y caía al suelo de forma estruendosa.
"Llevaba tantos cacharros de cocina encima que no sabíamos si arrestarle o pedirle que nos preparase algo de comer", bromeaba un policía tras la detención. El ladrón, de 26 años, puede ser condenado a cinco años de prisión.
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