Factoría Cultural acoge 'Picú en la azotea', recuerdos musicales de la generación nacida antes de 1950

El proyecto 'Una Playlist. Memoria de lo cantado', impulsado por las actrices Isa Ramírez y Mercedes Bernal junto a la productora Violeta Hernández, llega el próximo día 9 de diciembre a Factoría Cultural para mostrar los resultados de la primera fase de esta iniciativa, con la que se pretende generar un archivo testimonial de personas mayores de 70 años, basado en su relación con la música.

En un comunicado, el Ayuntamiento de Sevilla señala que, auspiciado por el Banco de Proyectos del Instituto para la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), este proyecto parte de la convicción de que escuchar y participar de la música es inherente al ser humano y reivindica nuevos y mejores métodos de enseñanza musical accesibles a todos.

En este sentido, el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha destacado el gran valor de las diferentes propuestas generadas en torno al Banco de Proyectos, "apuesta municipal que permite enriquecer la oferta cultural con una programación diversa y de calidad, que propicia la pluralidad de relatos, temáticas y narrativas de la contemporaneidad y la conexión de diferentes campos del arte y la cultura".

Bajo el título 'Picú en la azotea', este primer encuentro es un homenaje a los guateques organizados en los años 60 en los que los jóvenes de entonces se reunían en torno a un tocadiscos pick up para bailar y escuchar música. Este ha sido uno de los muchos recuerdos rescatados de la memoria de diez personas que generosamente se han prestado a ser entrevistadas por las tres directoras del proyecto y cuyo material ha sido reunido en el primer montaje audiovisual que, obra del realizador Javier Vila, se mostrará en Factoría Cultural el próximo día 9 de diciembre a las 12,00 horas.

'Picú en la azotea' es una primera devolución que las directoras hacen a los participantes pero no la única, ya que el proceso continúa. Y es que en las próximas semanas se unirán varios artistas de diferentes disciplinas que reinterpretarán estos recuerdos musicales de la generación nacida antes de 1950, esa generación para la que la música fue ruptura, descubrimiento de otros mundos, de otras expresiones, de rebeldía, pertenencia y también desapego.

"El mundo se detiene por una pandemia y se nos pasa por la cabeza todo aquello que no hemos hecho todavía con nuestros padres, todo lo que no nos han contado, todo lo que sabemos que saben y queremos saber. Y precisamente en estas condiciones de distancia física sentimos la necesidad de recrear un vínculo emocional y de resonancia intergeneracional. Y también queremos generar algo para ellos, queremos que sepan que nos indignó sentir que se despreciaba el poder del virus porque sólo afectaba a personas mayores y que también hemos sentido la soledad y la impotencia de no poder acercarnos a ellos", explica Violeta Hernández, productora y también codirectora del festival de música Nocturama.

"Con este proyecto queremos provocar una transmisión de conocimiento. Vamos a provocar que la música nos acerque a estas personas y, a partir de ahí, reinventar y originar redes sonoras y poéticas con ellos", continúa Mercedes Bernal, actriz, musicóloga y saxofonista.

"Cada canción es un viaje por un estado emocional ya que la música tiene el poder de despertar, fortalecer, evocar recuerdos y ayuda a desarrollar la memoria", comenta Isa Ramírez, actriz, cantante y profesora de teatro musical.

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