Con todo oliendo a nuevo, el R-599 (el nuevo modelo de tren para la línea A Coruña- Santiago a partir de marzo) llevó ayer a bordo a su primer pasaje coruñés. Aún en período de pruebas, Renfe invitó a un grupo de periodistas a estrenar la unidad, que en una primera impresión parece haber ganado más espacio que los cuatro asientos (tiene 183 plazas) que recorta a su antecesor. Algo a lo que ayudan los 95 centímetros de separación entre butacas.

Ya en un segundo vistazo se descubren enchufes individuales (para ordenadores o móviles) y un baño en el que entran sin tener que rozarse seis personas. Entre los vagones, vigilados ahora por cámaras, hay espacio para un pero. Las bicis, que ahora viajan sin recargo, tienen un reservado donde colgarlas con candado (un euro). Pero Renfe aún no ha decidido qué pasará si hay más de tres ciclistas (sólo hay esos puestos) que quieran subir al tren. Con todo, a los usuarios se les hará más llevadero el viaje a partir de agosto.

El gerente de Media Distancia del Noroeste de Renfe, Carlos de Abajo, anunció ayer que la renovación del parque – incluye 12 unidades del R-599–, y el nuevo tramo Cerceda-Meirama permitirán a los más de 7.000 viajeros diarios cubrir la ruta en 35 minutos, en lugar de los más de 40 actuales.

Renfe, además, se ha marcado ya un nuevo objetivo para el 2011: que más de la mitad de la flota para el eje atlántico tenga menos de un año de antigüedad. Ya con el AVE (2012), el viaje A Coruña- Santiago podría bajar de los 25 minutos.

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