Crear expectativas es un gran problema en casi todos los aspectos cotidianos. Y en el cine, donde los críticos esperan con cuchillo afilado algunos trabajos, aún más. Las expectativas han lastrado enormemente el estreno de Mammoth, el último trabajo de Lukas Moodysson, director de Fucking Amal, que se presentaba con grandes credenciales y que ha recibido algún que otro abucheo durante los títulos de crédito.

¿Cuál es el secreto para conciliar la vida laboral y la profesional? Alrededor de esta pregunta danzan los protagonistas de la cinta del sueco, incapaces de encontrar una solución que no desequilibre la balanza. "Creo que es una gran pregunta, cómo combinar tu tiempo para poder cubrir las necesidades básicas de afecto", ha afirmado Gael García Bernal durante la rueda de prensa.

Ser padre le cambia la vida a cualquiera, y a Gael le ha ayudado incluso en su trabajo. El mexicano interpreta a un padre de familia que se hace rico gracias a un portal de Internet. "La paternidad me ha ayudado a poder darle un enfoque más realista al personaje", ha asegurado.

A primera vista, Mammoth puede recordar sospechosamente a Babel. Cinta coral, diferentes localizaciones... Pero el propio Moodysson se ha encargado de zanjar la comparación por la vía rápida: "No he visto Babel. Pero si se estrenan películas que tienen temáticas similares posiblemente quiera decir que hay algo de verdad en lo que estoy contando".

Gael García Bernal, que precisamente ha actuado en ambas producciones, se ha encargado de matizar las diferencias: "En Babel se da más importancia a las coincidencias, utiliza herramientas diferentes para desarrollar el guión. En Mammoth la conexión entre los personajes es más familiar"

El ‘Gigante' argentino

Unas horas antes la primera producción de lengua hispana en competición ha puesto las cartas sobre la mesa. Y no ha tenido una mala acogida. Adrián Biniez, realizador argentino, trata en Gigante una historia entre el guardia de seguridad de un supermercado y una mujer encargada de las tareas de limpieza.

Pero para los amantes de las palomitas, una advertencia: ésta es una de esas cintas contemplativas, con más silencios que palabras y donde la acción transcurre de forma sosegada. Gigante es el tercer largometraje del director argentino. Un hombre prolífico que ya ha rodado Total disponibilidad y 8 horas desde 2006.