El madrileño Daniel Ramón Dilla se ha proclamado ganador del IV Concurso de Microrrelatos Carmen Alborch por Vidas pasadas, un relato "preciso y a la vez desconcertante donde se expone, sin pesar, el final de una relación y lleva al lector a un espacio tan real como lo es la emoción de lo acabado".

Así ha califica el jurado esta obra por la que su autor ha ganado 1.702 euros, una cantidad que recuerda el año en que se fundó El Monte de Madrid, que ha derivado en la Fundación Montemadrid, organizadora del concurso.

"En un tiempo tan complicado como el que estamos viviendo reconforta ver que la palabra, sea cual sea el formato en el que se exprese, nos acompaña y nos ayuda a sanar", ha dicho José Guirao, director general de la Fundación Montemadrid y ex ministro de Cultura, en agradecimiento a las más de 6.500 personas que han participado en esta edición, en la que se ha cuadriplicado el número de textos presentados.

El jurado, compuesto por Mara Torres, Antonio Lucas, Carlos del Amor e Ignacio Elguero, ha reconocido con un segundo premio (dotado con 800 euros) a Magda, el texto de Javi Rumí, y ha concedido tres accésits (de 400 euros cada uno) a La gotera, de Enrique Mochón; Una cosa por otra, de Antonio Cortijo, y Por arte de magia, de Ignacio López Soriano.

El jurado también ha destacado el "excelente nivel literario" de esta convocatoria y el "optimismo vital, con ironía, con humor, con tintes incluso algunos sarcásticos" de los relatos finalistas.

En concreto, según Ignacio Elguero, es de destacar que haya "gente que, posiblemente sin ser popular, sin ser conocida, escribe muy bien". Por su parte, Mara Torres ha subrayado que entre los presentados "hay muchos relatos ganadores".

Según la Fundación Montemadrid, un 35 % de los relatos presentados son de autores de otros países, en su mayoría de Latinoamérica, principalmente de Argentina, Colombia, México y Cuba. Un 48 % del total de participantes han sido mujeres y el 52 %, hombres.

Como en anteriores ediciones, los participantes debían elaborar un microrrelato cuya extensión no podía sobrepasar las doscientas palabras y en esta ocasión el tema ha sido libre, si bien todos los relatos tenían que incluir de una u otra manera la palabra "oro" y/o "joya", sin que ello implicara que el argumento o la trama tuvieran que girar en torno a esos términos.