Las crecientes grietas y el desprendimiento de trozos de ladrillos mantienen en vilo a los casi 400 vecinos que viven en un bloque de pisos de protección oficial de tan sólo cuatro años de antigüedad, en Rosales del Canal. En estos momentos están a la espera de obtener la licencia para poder realizar las obras de reparación, que costarán 800.000 euros.

«Desde que vinimos a vivir aquí hay grietas en las fachadas y cada vez crecen más. Además, los días de viento son peligrosos porque caen trozos de ladrillo a la calle», explica Rebeca Trifol, una de las vecinas que vive en el edificio. «Por lo menos, los problemas sólo afectan a la fachada y no hay riesgo para la estabilidad de la vivienda», añade.

Las viviendas se terminaron en 2004 y entonces ya presentaban grietas en 8 de sus 16 esquinas. En ese momento, los vecinos fueron a juicio contra la constructora, arquitectos, gestionadores y aparejadores, y lo ganaron. La indemnización fue de 200.000 euros.

Con el paso de los años, las grietas se han acrecentado y se han extendido a las 16 esquinas. Los vecinos, ante el aumento del presupuesto para repararlas, van a volver a recurrir a los juzgados. Sin embargo, la empresa constructora acaba de declararse en quiebra.

Como medida de seguridad ante el desprendimiento de ladrillos, los Bomberos han rodeado las zonas más peligrosas con vallas, aunque los vecinos lo ven como una «medida insuficiente».

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ZARAGOZA.