Cómo reducir gastos en la empresa

  • La medida más recurrida es el recorte de personal
  • Sin embargo, muchos expertos creen que es un error a medio plazo
  • Explicamos formas efectivas de reducir gastos
Los despidos son a veces la única medida contra la crisis.
Los despidos son a veces la única medida contra la crisis.
LUIS FRUTOS
Los despidos son a veces la única medida contra la crisis.

Según un estudio de Improven, consultora dedicada a hacer más competitivas las empresas, las medidas más recurridas ante la crisis son la reducción de personal (82%), el incremento de ventas (71%) y la disminución de gastos generales (65%), frente a otras decisiones que serían más efectivas a medio plazo, como el cierre o la venta de unidades de negocio no rentables (32%) o la eliminación de clientes y productos no rentables (21% y 33%, respectivamente).

Improven coincide con muchos otros expertos en que el recorte de personal es una decisión precipitada e ineficaz ante la crisis. Entonces, ¿por qué los empresarios se empeñan en despedir a sus trabajadores como primera y a veces única medida?

Con el fin de que los empleados, y sobre todo los directivos, conozcan otras opciones que eficazmente permiten reducir gastos en un negocio, a continuación citamos sólo algunas de las muchas ideas avaladas por la experiencia de empresas reales.

FORMAS (EFICACES) DE REDUCIR GASTOS

-Gestiones. El teléfono produce un gasto desorbitado en la mayoría de las empresas. Más aún teniendo a disposición el correo electrónico, la mensajería instantánea, Intranet, así como otros cientos de recursos gratuitos que ofrece la Red. De ser necesario, lo mejor es optar por una tarifa plana de bajo coste para negocios y, sobre todo, retirar todos aquellos móviles de empresa que acarrean más gastos personales que profesionales.

-Recursos materiales. ¿Cuántos documentos imprescindibles imprimimos en color y alta resolución? El gasto que realizamos en papel, tinta y otros recursos materiales como carpetas, sobres, tazas y 'adornos' de nuestra mesa incrementan las facturas, además de perjudicar en la mayoría de los casos el medio ambiente.

-Transporte. Lo primero es eliminar el servicio taxi siempre que esté disponible el transporte público. Además, es un insulto al trabajador ver cómo algunos jefes derrochan dinero de la empresa en gasolina, parkings, chóferes y cochazos mientras él recibe la carta de despido por recorte de gastos.

-Comida. Se acabaron las lujosas reuniones de trabajo con buenos vinos y manjares y las invitaciones a clientes potenciales con el ánimo de comprar su dinero. Para hablar, discutir o negociar, no es necesario comer, ¿verdad?

-Viajes. Y qué decir del dinero que se tira en viajes de trabajo. Calcula lo que cuesta por persona y día el avión, el hotel de cinco estrellas, la comida y los taxis para desplazarse de uno a otro lado.

-Energía. En las empresas hay miles de aparatos eléctricos que consumen energía aún cuando están en desuso, e incluso con la empresa cerrada. Opta por los sistemas de ahorro energético que ponen a todas esas máquinas en estado de reposo o hibernación. Además, apaga la pantalla del ordenador cuando no lo uses y desenchufa los aparatos electrónicos antes de irte a casa.

-Producción. Si un producto o servicio no es rentable al hacer el balance costes/beneficios, cesa su producción y, si el dinero lo permite, reorienta el negocio hacia otro sector o mercado menos afectado por la crisis. Lo mismo pasa con los clientes; pueden ser muchos, pero trabajar para ellos no tiene por qué resultar rentable.

El ejemplo de Toyota: formación en vez de producción

El sector automovilístico es uno de los más afectados por la crisis. Sin embargo, en dos plantas de Toyota en Estados Unidos han optado por parar la producción, pero los empleados no han dejado de ir a su puesto de trabajo ni de cobrar su sueldo.

Entonces, ¿qué están haciendo durante su jornada laboral? Pues recibiendo formación por parte de la empresa: haciendo simulacros, cursos sobre riesgos laborales, aprendiendo para mejorar la productividad... y de paso pintando la fábrica y ayudando a construir viviendas sociales.

Toyota ha considerado que la mejor inversión y su mejor activo son los trabajadores; cuando acaben el paro productivo, además de estar contentos de trabajar en esta empresa, ésta tendrá a los mejores trabajadores de automoción de Norteamérica.

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