El veterano actor da vida a uno de los alocados personajes que protagonizan la comedia ¡A ver si llego!, la ficción de Telecinco que trata en clave de humor la crisis. Manuel Manquiña interpreta a Juanma el dueño del bar donde se reúnen todos los del barrio. Un amante del fútbol y los toros que siente una gran debilidad por el sexo débil, sobre todo, por Pepa, la carnicera.

Dueño de un bar, futbolero, mujeriego... ¿le pega su personaje?

De momento lo de mujeriego no. Le voy a pedir a José Luis Moreno que me ponga algo de eso porque esto es un sin vivir siempre detrás de las mujeres pero ninguna me hace caso.

¿No se come ni una rosca?

Ni media. Es un solitario e inexplicablemente no liga nada, pero tiene una obsesión con el personaje de Pepa (Miriam Díaz Aroca). Claro que ella tiene otras preocupaciones antes que atender a este desgraciado.

¿Tiene algo en común con su personaje?

Sinceramente creo que no. Pero siempre haces un poquito de trampa y terminas arrimando a los personajes a los mecanismos que tienes para defenderlos. De hecho reconozco que al principio me costó un poco porque Moreno quiere un fracaso con alegría porque es comedia y hay que enganchar al público.

¿El humor es más necesario en épocas duras?

Creo que es necesario siempre aunque suena a tópico. Soy un enamorado del humor y lo busco en mi vida personal y es el medio en el que más me gusta trabajar. Me cuesta ver los dramas porque los vivo y esas situaciones de desgracia no me provocan felicidad. Es una debilidad mía y como espectador busco siempre las historias un poco positivas con algo de esperanza, en definitiva, porque bastante dura es la vida como para que encima machaques en ella.

Los actores dramáticos están mejor considerados que los cómicos. ¿Qué piensa?

Es cierto, pero no es un caso sólo de España. Quizás sea porque se considera más difícil o da un tinte más serio a la vida el drama. Tan poco me parece mal. La cultura humana premia aquellas cosas que considera que tiene un tratamiento más riguroso, más serio y que de alguna forma se compromete con la vida. Aunque en el humor existe compromiso para hacer un mundo mejor no se valora en su justa medida.

Su nombre real es Manuel Prieto Comesaña ¿De dónde viene lo de Manquiña?

Es una playa de Vigo muy pequeña, que tiene unas aguas verdes muy bonitas, donde yo jugaba cuando era pequeño. Pasaba temporadas de verano allí porque tenía familia que vivía en la zona.

El acento gallego se oye poco en la tele nacional, ¿lo luce con orgullo?

Estoy tan desgastado que ya ni se nota, pero realmente, ni lo busco ni lo evito. Solamente me pidieron que lo pusiera para la película Airbag. Estoy muy contento de ser gallego, pero lo mismo que si hubiera sido murciano, madrileño...

Su aspecto es muy versátil, muy camaleónico ¿le gusta cambiar de registro?

Me gusta crear personajes y siempre busco la manera de no ser Manuel Manquiña todo el tiempo ya sea cambiando el peinado, la depilación de las cejas por abajo o dejarme bigote... y si puedo también la voz.

¿Ha trabajado alguna vez detrás de una barra?

Sí, en Manchester y en Londres. Los personajes como los de ¡A ver si llego! los conozco perfectamente y me gustan porque son personas vitalistas que dan mucha caña al mercado toda la mañana.

¿Si no hubiera sido actor a qué se habría dedicado?

Me gustaba tener un volante en manos. Salir de casa, tener que coger un vehículo y hacer cosas con la geografía gallega y luego volver a casa. No me planteaba lo duro que es estar al mando de un taxi, un autobús, una furgoneta de reparto... me gustaba esa idea de salir de casa y desplazarte kilómetros y estar un poco al aire y en sitios diferentes. Lo que se me hacía muy duro era la idea de trabajar en una oficina o una fábrica.

BIO: Nació en Vigo el 2 de agosto de 1953. En televisión ha participado en Moncloa ¿dígame?, Manolito Gafotas y Manolo y Benito Corporeision, entre otras.