La consulta, la promesa que se topó con la Justicia

  • Ibarretxe no ha podido sacar adelante su compromiso más firme.
  • El Ejecutivo vasco ha logrado nuevas transferencias y más transporte.
El lehendakari muestra las preguntas que iba a tener la consulta.
El lehendakari muestra las preguntas que iba a tener la consulta.
R. B.
El lehendakari muestra las preguntas que iba a tener la consulta.

Ibarretxe promete una consulta sobre el futuro político de Euskadi”, rezaban los titulares de los periódicos de aquel 28 de febrero de 2005. El día anterior, Ibarretxe había dado a conocer sus compromisos para los próximos años en un acto en el Auditorio del Kursaal donostiarra ante más de 1.800 personas, entre ellas sus predecesores Garaikoetxea y Ardanza.

Las elecciones se celebrarían el 17 de abril de ese mismo año e Ibarretxe revalidaría la mayoría. El 12 de septiembre de 2008, un mes y medio antes de la fecha previstapara la consulta a los vascos, el 25 de octubre, el Tribunal Constitucional prohibía su celebración.

La principal apuesta de Ibarretxe para la legislatura fracasa, una promesa incumplida, aunque por razones ajenas a sus intenciones.

Pero, a parte del plano exclusivamente político, el Gobierno vasco de los últimos cuatro años, formado por PNV, EA y EB, acumula, igualmente, otros compromisos que han caído en saco roto.

Los principales, además, se reparten a partes iguales con las formaciones del tripartito. A destacar la ley de vivienda, anunciada a bombo y platillo y seccionada con detalle desde el departamento que dirige Javier Madrazo (EB), pero que no ha llegado a tiempo al Parlamento Vasco para su correspondiente aprobación.

Iba a ser la ley que garantizara la construcción de vivienda protegida, y asegurara que todos los ciudadanos vascos pudieran acceder a un piso de alquiler que les cueste como máximo el 30 % de sus ingresos.

Algo similar ha sucedido con la ley de reforma de los modelos lingüísticos del consejero Tontxu Campos (EA). Se anunciaba como el futuro en la enseñanza vasca, pero después de sucesivos dimes y diretes, se ha quedado en agua de borrajas.

El Ejecutivo vasco, no obstante, ha puesto en marcha durante los últimos cuatro años muchas otras medidas que también figuraban en el programa de gobierno.

Entre ellas, se ha modificado en el funcionamiento de los comercios –Ley de la Actividad Comercial- para adaptarlos a loss derechos de los consumidores y vendedores, se ha mejorado la ley de Policía Vasca o diferentes políticas agrarias, sociales, de apoyo a las familias, entre otras muchas.

Sobresale el acuerdo entre el equipo de Ibarretxe y el de Zapatero para completar la transferencia de la competencia en investigación y desarrollo, prevista en el Estatuto de Gernika.

A pie de calle, el Departamento de Obras Públicas, uno de los más activos, ha puesto en marcha el tranvía de Vitoria, y ha continuado las obras del metro de Bilbao. Incluso, ha planteado ya la prolongación de nuevas líneas del suburbano. Además, la colaboración con el Gobierno central para acometer la Y vasca ha sido constante.

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