Barcelona advierte de un aumento de la actividad sancionadora por no respetar las restricciones contra la Covid-19

Grupos de personas sin mascarilla en el parque de la Ciutadella el pasado domingo.
Grupos de personas sin mascarilla en el parque de la Ciutadella el pasado domingo.
ELISENDA ROSANAS/ACN
Grupos de personas sin mascarilla en el parque de la Ciutadella el pasado domingo.

"Ha habido un relajamiento y vamos a endurecer la actividad sancionadora", ha advertido este martes el teniente de alcaldía de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, que ha dicho que aunque el incumplimiento de las restricciones contra la Covid-19 no es generalizado, la Guardia Urbana se ve obligada a "revertir" la situación. Ha informado, asimismo, de que el cuerpo policial ya empezó a multar con más mano dura el fin de semana, cuando se pusieron en marcha las nuevas medidas del Govern para hacer frente a la pandemia. 

Del viernes al domingo, se desalojó a 2.876 personas de la vía pública y se impusieron 647 sanciones por hacer botellón y 336 por no llevar mascarilla, tras 6.911 avisos por no usarla. Además, los agentes denunciaron a cinco locales de restauración por abrir, lo que comporta multas de entre 3.001 y 60.000 euros.

Son cifras, en proporción, mucho más elevadas que las que se venían registrando desde el inicio de septiembre. Desde el día 1 de ese mes y hasta el 18 de octubre, los desalojos fueron 28.822, mientras que hubo 3.772 denuncias por consumir alcohol en la calle y 1.512 por no llevar mascarilla, tras avisar a 41.995 personas por no utilizarla. El importe de las multas por botellón es de entre 500 y 3.000 euros, y el de las que se imponen por no usar mascarilla es de 100.

El Ayuntamiento ha señalado, por otro lado, que la Guardia Urbana recibió el fin de semana 226 llamadas por molestias en el espacio público -el 12% por no respetar las medidas sanitarias- y 241 llamadas relacionadas con locales y restaurantes -el 58% asociadas a dudas sobre la normativa de salud-.

"Nuestra obligación es velar por el cumplimiento de las medidas del Govern", ha afirmado Batlle, que ha apelado a la "consciencia ciudadana" y al civismo para que no paguen "justos por pecadores".

Por su parte, el jefe de la Guardia Urbana, el intendente mayor Pedro Velázquez, ha dicho que el cuerpo policial ha aumentado un 6% el trabajo de control respecto al verano y que a pesar de que ha bajado la movilidad, la siniestralidad y la delincuencia, han aumentado las horas dedicadas a los problemas de convivencia. 

Velázquez ha apuntado que existen dos tipos de ocupaciones del espacio público los fines de semana. De 11 a 6 de la tarde hay un uso familiar y un cumplimiento generalizado de las medidas preventivas, mientras que por la noche se pueden encontrar concentraciones de 30 a 200 personas, consumo de alcohol  en la calle y un relajamiento en el cumplimiento de medidas.

Preguntado sobre la utilidad de un posible toque de queda, Batlle ha dicho que ahora se quiere centrar en las medidas actuales y que hay que valorar su eficacia al final de su periodo de vigencia, los últimos días de octubre.

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