Causas, tipos y pronóstico de la parálisis cerebral infantil, la causa más frecuente de discapacidad motórica en niños

  • El 6 de octubre se celebra el Día Mundial de la Parálisis Cerebral. 
  • La parálisis cerebral infantil afecta a entre 2 y 3 nacimientos por cada mil. En España la padecen 120 mil personas. 
Condenan a una mutua a devolver la prestación a una mujer cuya hija sufre parálisis cerebral.
La parálisis cerebral es una de las principales causas de discapacidad motórica más frecuentes.
FLICKR/ZE'EV BARKAN
Condenan a una mutua a devolver la prestación a una mujer cuya hija sufre parálisis cerebral.

El 6 octubre se celebre el Día Mundial de la Parálisis Cerebral Infantil (PCI), un trastorno que se estima que afecta a entre 2 y un 2,5 por cada mil nacidos en España y que actualmente padecen unas 120 mil personas en nuestro país.

La PCI es un grupo de trastornos permanentes, producidos por una lesión cerebral no progresiva, que afecta a la movilidad y la postura de la persona, limitando su actividad y produciendo distintos tipos de discapacidad. También puede tener consecuencias a nivel sensorial o intelectual en mayor o menor grado, pero sobre todo tiene consecuencias a nivel motor, por eso es una de las causas más frecuentes de discapacidad motórica, la más frecuente en niños.

¿Qué causa la Parálisis cerebral infantil?

Las causas, según apunta la Asociación Española de Pediatría pueden ser muchas, tanto prenatales como perinatales o postnatales, todas ellas ocurridas en el desarrollo cerebral del feto o de la primera infancia, cuando se está formando el cerebro. Entre estas causas, algunos factores de riesgo son:

FACTORES PRENATALES

Se producen durante la gestación y suelen ocasionar el 35% de los casos.

Factores maternos: Alteraciones la coagulación, enfermedades autoinmunes, HTA, Infección intrauterina, Traumatismo, sustancias tóxicas, disfunción tiroidea…

Alteraciones de la placenta: Trombosis en el lado materno, trombosis en el lado fetal, Cambios vasculares crónicos, Infección…

Factores fetales: Gestación múltiple, Retraso crecimiento intrauterino, Polihidramnios, hidrops fetalis, malformaciones…

FACTORES PERINATALES: Prematuridad, bajo peso, fiebre materna durante el parto, Infección SNC o sistémica, hipoglucemia mantenida, hiperbilirrubinemia, hemorragia intracraneal, encefalopatía hipóxico-isquémica, traumatismos por ejemplo por el uso de forceps, cirugía cardíaca, ECMO (Oxigenación por membrana extracorpórea)…

Tienen lugar en el momento del parto y están detrás del 55% de los casos de PCI.

FACTORES POSTNATALES: Infecciones (meningitis, encefalitis), traumatismo craneal, estatus convulsivo, tumores, parada cardio-respiratoria, intoxicación, deshidratación grave…

Se producen durante los primeros años de la vida del niño y representan el 10% de los casos.

Distintos tipos de parálisis cerebral infantil

Como la variedad de síntomas, consecuencias y gravedad es tan variada, la PCI se suele clasificar en varios tipos.

El médico Eric Denhoff la clasificó en 1951 en función del tono y la postura de la persona y concluyo que existen cuatro formas de PCI:

ESPÁSTICA. Es la más común, pues se da en un porcentaje de entre el 70 y 80% de los afectados y se produce cuando las células nerviosas de la capa externa del cerebro o corteza, no funcionan correctamente. Espástico quiere decir rígido, y esta rigidez en las extremidades se produce porque mientras un músculo se mantiene contraído, otro se mantiene débil en el mismo miembro. Por ejemplo, si el bíceps de un brazo está contraído continuamente, el tríceps no se moverá y, en consecuencia, estará muy débil. Este desequilibrio de fuerzas provoca que el brazo esté rígido o se mueva como a trompicones.

DISQUINÉTICA O ATETOIDE.

Este tipo de parálisis se caracteriza porque los afectados tienen poco control motor. De hecho, discinesia significa alteración del movimiento. Los movimientos pueden ser lentos, involuntarios y descoordinados, también tienen grandes dificultades al hablar. Esto se debe a que un fallo en la parte central del cerebro les impide controlar los músculos de forma precisa. Es menos frecuente, pues afecta al 10-15% de los casos, y la mayoría de los casos tienen un origen perinatal.

ATÁXICA

Es la más infrecuente y afecta sobre todo al equilibro debido, principalmente, a una lesión en el cerebelo. Las personas este tipo de parálisis pueden llegar a caminar, pero de manera muy inestable, torpe o con las piernas muy abiertas, pues los movimientos finos le serán muy difíciles de completar.

MIXTA

Esta parálisis se produce cuando el cerebro presenta lesiones en varias de sus estructuras. Las más frecuentes son ataxia y distonía o distonía con espasticidad.

La PCI también puede clasificarse en función de las extremidades afectadas y puede ser tetraplejía (afecta a todas y es la más grave), diplejía (es la forma más frecuente y afecta principalmente a las extremidades inferiores), hemiplejía (cuando está afectada solo la mitad derecha o la mitad izquierda del cuerpo), monoplejía (está afectado un miembro del cuerpo).

También se puede clasificar en función de la gravedad y ser leve, cuando la persona puede llevar a cabo sus actividades diarias; moderada, si el individuo tiene dificultades para realizar actividades diarias y necesita asistencia; y severa, la persona requiere de asistencia para todas llevar a cabo todas las actividades.

Que pronóstico tienen y cómo se trata

Se trata de un trastorno que no se cura, pues la lesión en el cerebro es de por vida. La calidad de vida del paciente dependerá, sobre todo, del tipo de PCI y de la gravedad de esta. Entre las personas que la padecen, podemos encontrar desde personas que tienen secuelas apena imperceptibles hasta otras con un alto grado de dependencia.

Lo que es incuestionable es que, cuanto más temprano y más completo sea el tratamiento, mejor podrá desarrollarse en todos los sentidos, mayor independencia logrará y tendrá una vida más plena. En cualquier caso, el tratamiento debe ser personalizado y multidisciplinar y deberá basarse en cinco pilares: neuropsicología, terapia ocupacional, la educación compensatoria, la logopedia y la fisioterapia especializada. El tratamiento farmacológico también es muy importante para paliar algunos síntomas o trastornos asociados como las convulsiones o los ataques epiléptico que se dan en muchos casos. En algunas ocasiones también será necesario un tratamiento quirúrgico.

Las fundaciones y asociaciones especializadas en parálisis cerebral de España, aglutinadas en su práctica totalidad por la Confederación ASPACE, realizan una magnífica labor en cuanto a tratamientos y apoyo de todo tipo para los pacientes. 

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