Tres soldados resultaron heridos este miércoles al hacer explosión una bomba en una escuela del sur de Tailandia, un día después de que el nuevo Gobierno anunciara un cambio de política para intentar pacificar la región musulmana, según indicaron fuentes militares.

La bomba, de poca potencia, estalló en el patio de una escuela pública de la ciudad de Sai Buri, en la provincia de Pattani, y cerca de lugar en el que se encontraban tres militares asignados a los servicios de escolta de los maestros, a menudo blanco de los ataques que llevan a cabo los insurgentes.

Fuentes de la comandancia militar de Pattani indicaron al canal estatal de televisión que el artefacto explosivo fue accionado mediante control remoto por presuntos militantes del movimiento separatista islámico.

Este ataque se produjo un día después de que el nuevo primer ministro, Abhisit Vejjajiva, anunciara un cambio de la política para lograr la paz en la conflictiva región musulmana, donde han muerto unas 3.500 personas desde que hace cinco años el movimiento separatista reanudó la lucha armada.

Vejajjiva, quien ha asumido recientemente la Jefatura del Ejecutivo, señaló que la primera medida será redactar una nueva legislación que permitirá la creación de un organismo que supervisará y administrará las provincias musulmanas de Pattani, Yala, y Narathiwat.

Dinero del narcotráfico

Todo el sur de Tailandia, incluidas las provincias de Pattani, Yala y Narathiwat, son plazas fuertes del Partido Demócrata que lidera Vejjajiva.

Los ataques con armas ligeras, asesinatos y atentados con bomba se suceden casi a diario en las tres provincias de mayoría musulmana, pese al despliegue de 31.000 agentes de las fuerzas de seguridad y la declaración del estado de excepción en la región.

El movimiento separatista musulmán, formado por media decena de grupos, retomó la lucha armada en enero de 2004.

A principios de 2008, el Gobierno admitió por primera vez la relación entre la red terrorista Al Qaeda y los insurgentes en el sur, y reconoció que la situación había empeorado desde que los rebeldes reciben armas y dinero procedentes del narcotráfico.