La 'operación Chamartín', cuyo convenio han firmado el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Madrid, prevé entre otras cosas la construcción de 16.000 viviendas (4.000 de ellas protegidas) en los terrenos que se liberen con el soterramiento de las vías que aún discurren por esa zona, además de la ampliación de la estación ferroviaria, su soterramiento y del cierre de la M-30 norte mediante un by-pass.

Tras 15 años de negociaciones infructuosas, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y la titular de Fomento, Magdalena Alvarez, por fin han encontrado un punto común sobre el que basar este acuerdo, en el que se invertirán un total de 10.953 millones de euros procedentes de los beneficios de la propia operación (el suelo de las vías se liberará).

Así, el proyecto generará 20.000 puestos de trabajo durante los doce años que se prevé dure su ejecución, y creará 68.000 empleos estables después en las oficinas y otros equipamientos terciarios que se abran en el nuevo ámbito. Además, habrá espacio para hoteles, superficies comerciales y equipamientos privados.

La actual Castellana se prolongará 2,8 kilómetros, creándose una macrociudad financiera que traerá cinco estaciones más de metro de la línea 10. Según fuentes de Fomento, las obras comenzarán "en breve", y durarán 12 años. La 'operación Chamartín' se alarga desde la actual estación de Chamartín, por el sur, hasta la M-40, por el norte.

Las 4.000 viviendas protegidas ocuparán 192.000 metros cuadrados (previsiblemente en el norte del plan urbanístico), mientras que las oficinas se construirán sobre 1,2 millones de metros cuadrados (en las cercanías de las actuales Cuatro Torres).