En miles de mesas gallegas faltarán estas navidades otros tantos mayores: sólo uno de cada 10 internos en un geriátrico de Galicia pasará las fiestas en casa de sus familiares. Según estimaciones de la Sociedad Gallega de Servicios y Ayuda a Domicilio, a lo largo de estas vacaciones "no se registra mucho movimiento ni en entradas ni en salidas".

Y detrás de esta situación se encuentran factores que van de la delicada situación de salud del interno hasta la comodidad de los familiares o la falta de dinero para pagar un profesional experto en cuidados a ancianos.

"La noche (del 24 o el 31) se paga cara, pero hay muchas opciones. Sólo en A Coruña hay 50 asociaciones que cuentan con este servicio", asegura Miguel Vilas, empresario del sector. Los precios varían y pueden ir desde los 200 hasta los casi 600 euros, según empresas consultadas por 20 minutos.

Razones de los familiares al margen, en las residencias de ancianos aseguran que esta época es "especialmente triste para los internos", como aseguran en el centro Torrente Ballester de A Coruña. "Son fechas en las que siempre se piensa en alguien querido, esté vivo o muerto.

Pero intentamos ofrecer actividades que ayuden a superar este sentimiento", añaden en el geriátrico. Para ello, como la mayoría de los centros gallegos, preparan menús especiales (que incluyen algo de marisco y dulces) y una fiesta abierta a familiares (la media suele ser de dos por interno).

Estas son también las navidades que pasan miles de profesionales que trabajan en los geriátricos. Si en verano las residencias tienen dificultades para cubrir los turnos (no encuentran sustitutos para el 30% de la plantilla que está de vacaciones), durante estas fiestas no falta personal, según los empresarios, aunque sí "algún problema" para elegir los días que cada trabajador quiere librar, al estar "muy concentrados" en tan poco tiempo.

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