Según han explicado este jueves en un comunicado, el pasado 26 de agosto, una patrulla de dos motoristas de la Unitat de Trànsit observó a un coche en la calle Aragón en el cruce con calle Pere Ripoll Palou que no respetaba la señalización de un semáforo que daba preferencia a los peatones y que estuvo a punto de atropellar a una mujer que cruzaba la calle con el semáforo en verde.
Ante esto los agentes dieron el alto al vehículo utilizando los destellantes y sirenas de sus motocicletas y el vehículo se detuvo a unos pocos metros del repetido cruce.
Sin embargo, cuando las motocicletas se detuvieron a unos metros del coche, el conductor inició marcha atrás hasta impactar, a pesar de los avisos de los agentes, contra una de las motocicletas derribándola y causándole pequeños desperfectos.
Al solicitar la documentación del turismo, apreciaron que la puerta del conductor estaba fuertemente abollada y no podía encajarse en el marco y que se mantenía cerrada con una cuerda atada al freno de mano.
Al ser cuestionado el conductor por circular con una deficiencia tan grave, manifestó que se dirigía al taller, pero no pudo acreditar que tuviera ningún tipo de cita, según el relato de los agentes.
El vehículo fue retirado por una grúa municipal y el conductor fue denunciado por no ceder el paso a peatón en cruce debidamente señalizado, tener caducada la ITV, no ser visible la placa de matrícula, conducción temeraria y no mantener las condiciones mínimas de seguridad del vehículo.
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