En una nota de prensa, la empresa pública ha resaltado que cada año tiene un gasto "muy elevado" para restaurar los perjuicios derivados de los grafitis ferroviarios.

"Las cifras son claras y demuestran la gravedad del problema", han remarcado desde la Conselleria. A pesar de que estos actos se han reducido respecto al año anterior, desde enero hasta agosto de 2020 se han registrado 22 pintadas en los trenes de SFM. A diferencia del 2019 que hubo 40 pintadas.

Estas 22 pintadas registradas este año han supuesto un gasto de 49.243,85 euros. En 2019, SFM tuvo que desembolsar casi 160.000 euros para enmendar los daños ocasionados, tanto en su parque móvil como en sus infraestructuras, por estos actos.

En este sentido, la Conselleria ha destacado que, al margen de los costes derivados de limpiar las pintadas en los trenes, parte del importe anual sufragado se deriva de los desperfectos ocasionados en las infraestructuras durante las incursiones de los grafiteros, que originan daños en cercados, rejas, puertas, paredes, mobiliario, circuitos de vídeo, sensores, detectores, etc.

A este gasto también hay que sumar los costes medioambientales que provoca la eliminación de la pintura en las cocheras, el coste de las actuaciones judiciales y las alteraciones e interrupciones en el servicio que los usuarios pueden soportar por el hecho que, a veces, las pintadas dejan inutilizadas temporalmente algunas unidades.

En estos últimos años, SFM ha incrementado las medidas para luchar contra esta lacra. En este sentido, ha reforzado el personal de seguridad en todas sus instalaciones y dispone de una unidad canina en Son Rutlan.

Asimismo, han aumentado los cierres en todas las dependencias, se han reforzado los equipos técnicos de seguridad y de grabación de vídeo, y se ha añadido un buen número de cámaras de vigilancia a las ya existentes.