El ataque de un suicida palestino ocurrido en la terminal de autobuses de Beersheva no afectará la decisión del Gobierno israelí, que hoy debe aprobar la

retirada militar de Gaza después del desalojo y evacuación de los 21 asentamientos judíos.

El

suicida palestino es el único muerto en el

ataque junto alterminal de autobuses de esa capital del desierto del Néguev.

El ataque ha dejado

al menos 10 heridos, dos de ellos de gravedad, y otros tantos afectados psicológicos.

Según fuentes policiales, los

heridos graves son dos agentes deseguridad que le perseguían al descender de un autobús con laintención, aparentemente, de activar los explosivos en el terminal.

Debido a la persecución, el terrorista optó por hacerlo afuera, delantede un autobús vacío de la línea 12, según testigos oculares.

De momento,

ninguna organización palestina se adjudicó el frustradoataque, el primero en casi un año desde que otros dos suicidas causaronmás de veinte muertos al inmolarse en dos autobuses.

"Los agentes de seguridad evitaron un desastre", dijo el portavoz de lacooperativa de transportes Egged, Ron Ratner, al indicar que en elterminal había en ese momento, a las 08:30 horas (7.30 GMT), un altonúmero de civiles al comenzar en Israel la semana laboral, y de

soldados que regresaban a sus bases en el desierto del Néguev despuésde la jornada del descanso sabático, el "shabat".

Se cree que el objetivo del suicida, que no ha sido identificado aún,era

vengar la muerte de cinco palestinos, entre ellos dos activistas dela Yihad Islámica y tres menores de edad, en una operación del Ejércitoisraelí, el pasado jueves, en un café del campo de refugiados deTulkarem.