ETA cuenta con un nuevo enemigo: los ecologistas, que se han unido a la lucha contra la banda terrorista.

Tras la irrupción de la organización terrorista en la campaña que los grupos conservacionistas estaban realizando contra la llegada del AVE al País Vasco, la cinco principales organizaciones ecologistas de España (Greenpeace, Adena, Ecologistas en Acción, Birdlife y Amigos de la Tierra), han suscrito una carta durísima, remitida a El País, en la que se condena el asesinato del empresario vinculado a la construcción del AVE en Euskadi, el guipuzcoano Ignacio Uria.

Los ecologistas acusan a ETA de "pervertir" con su "violencia repugnante" cualquier campaña en defensa del medio ambiente en la que se mete.

La reacción inmediata de estas cinco organizaciones ecologistas contrasta de con lo ocurrido en los años 80 con la central nuclear de Lemóniz o en los 90 con la autovía de Leizaran (ETA mató a nueve personas para obligar a parar la construcción de la central nuclear y modificar el trayecto de la carretera), donde las denuncias fueron mucho más tibias.