El uso de estufas o braseros durante muchas horas en los meses de invierno para combatir el frío no deja de tener asociado un peligro grave en caso de que por un motivo u otro prenda algún material al contacto con dichos aparatos.

De hecho, estas situaciones son habituales en esta época del año porque el cuerpo de bomberos de la ciudad realiza de media una intervención al día para sofocar algún incendio o conato provocado por estos sistemas tradicionales de calefacción.

Así lo asegura el representante sindical de CSI-CSIF en el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), Juan Gallego, quien añade este tipo de salidas representa la mitad del total efectuadas en este periodo por los bomberos de la ciudad.

Avanza que están manteniendo negociaciones con el Ayuntamiento para que se cree un departamento de prevención a través del cual los bomberos puedan enseñar pautas de actuación a la población ante tales situaciones.

Hay métodos tradicionales para combatir el frío como el brasero de picón que es doblemente peligroso porque a la posibilidad de que algún material, como prendas de ropa, pueda originar un incendio por su cercanía a las ascuas se une el hecho de que estas ascuas protagonizan un proceso de combustión en el que se consume oxígeno y se desprende monóxido de carbono.

Si esta combustión se efectúa en un sitio cerrado los inquilinos corren el riesgo de sufrir atufamiento. Entre los últimos casos, se encuentra el incendio en la madrugada del jueves de una vivienda en la calle Libertador Hidalgo Castilla en la que resultaron heridas leves siete personas: cuatro de ellas por inhalación de humos y el resto por crisis de ansiedad.

El brasero de picón

Juan Gallego informa de que si una persona sufre un incendio en su casa «hay que pensar en salvar la vida» y para ello «no hay que intentar hacer ninguna extinción, sino salir de la vivienda, dejar todas las puertas y ventanas cerradas» y llamar a los servicios de emergencia.

Los vecinos también deben cerrar las puertas, las ventanas y poner paños o toallas en las rendijas mientras esperan a los bomberos.

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