La Fiscalía pide 16 meses de prisión por homicidio imprudente para una médico del ambulatorio Perecamps, de Barcelona, que dio de alta a un paciente que acudió a urgencias tras una caída, sin percatarse de que tenía una fractura craneal, que le causó la muerte horas después.
La defensa de Chantal F. solicita que sea absuelta porque la exploración médica fue correcta y no permitía apreciar indicios de que el paciente sufriera una lesión grave. El paciente, alcohólico crónico, fue trasladado en ambulancia el 7 de marzo de 2005 con un golpe en la cabeza al ambulatorio Perecamps de Barcelona, situado en Ciutat Vella, que suele atender a pacientes con hábitos tóxicos o situaciones de marginalidad.
La procesada atendió al fallecido y mandó hacerle dos radiografías, aunque, según la Fiscalía, no las examinó con el "suficiente detenimiento" como para percatarse de la lesión. La médicao ha explicado que valoró las radiografías, sin percibir la lesión, y que después realizó una exploración neurológica del paciente, al que decidió mandar a casa tras comprobar que estaba consciente, que sus pupilas eran simétricas y que respondía con coherencia a sus preguntas, pensado que sólo tenía "un chichón".
El hombre se marchó a su casa acompañado por su mujer, que hoy ha relatado que apenas podía caminar y que lo llevó por las Ramblas "a rastras", y se acostó a dormir, hasta que hacia las 16.00 horas del día siguiente empezó a sangrarle la nariz y falleció. El forense ha opinado que cualquier médico habría apreciado la lesión craneal de la víctima en las radiografías y habría ordenado su ingreso hospitalario.
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