Según las primeras investigaciones, la mujer, que aún no ha podido ser identificada, llevaba muerta al menos tres meses, por lo que el cuerpo, que estaba envuelto en bolsas de plástico, se encontraba en avanzado estado de descomposición.

De hecho, fue el fuerte hedor que desprendía el cadáver de la mujer, que estaba "tirado entre la maleza, al margen del camino", lo que alertó a los paseantes, que avisaron de inmediato del hallazgo a la Guardia Civil, que se hizo cargo de la investigación.

Fuentes de la Benemérita han señalado que el sexo de la víctima no se pudo determinar hasta algunos días después, una vez efectuados los análisis anatómicos. Por el momento, la Guardia Civil no dispone de datos para localizar a algún familiar de la fallecida, por lo que sus esfuerzos se centran ahora en identificar a la mujer.

Sin embargo, el avanzado estado de descomposición de la víctima está dificultando las tareas de identificación que lleva a cabo el grupo de homicidios de la Guardia Civil, que extraerá el ADN del cadáver para poder cotejarlo con los bancos de las huellas genéticas de personas desaparecidas.