Cómo hacer una vinagreta de ajo asado

Los ajos asados y luego machacados son un magnífico aderezo.
Los ajos asados y luego machacados son un magnífico aderezo.
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Los ajos asados y luego machacados son un magnífico aderezo.

Una vinagreta es algo más que sal disuelta en vinagre y aceite de oliva (siempre que podamos AOVE). La vinagreta admite muchas variaciones a partir de los aromas que añadimos y no sólo con hierbas.

Su gran virtud es la ligereza. Ello supone que, por un lado, una vinagreta es poco invasiva con los sabores de los alimentos que conforman la ensalada y, por otro, que acaba siendo menos calórica.

Pero en esta ocasión vamos a ocuparnos de una vinagreta que se hace notar. El ajo es su protagonista. Vamos a preparar una vinagreta de ajo asado, que, por un lado, es muy sana (las mil y una propiedades del ajo) y, por otro, tiene un sabor muy marcado.

Una vinagreta de ajo asado tiene muchos usos. Para empezar, si la hacemos muy densa, la podemos usar como si fuera un paté. Pero, sobretodo, va muy bien con ensaladas, con patatas asadas y con casi todo tipo de hortalizas. Por ejemplo, con una escalivada o con la ensalada de lechuga que en Castilla acompaña al cordero asado.

Ingredientes

  • Dos cabezas enteras de ajos
  • Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
  • Vinagre
  • Sal
  • Pimienta
Esa es la base de una vinagreta de ajo asado, pero siempre podemos darle un punto especial con:  

  • 1 cucharadita de pimentón o
  • 1 cucharadita de miel o
  • Media guindilla machacada en el mortero

Información práctica

  • Tiempo de elaboración: 50 minutos
  • Calorías: cerca de 100 kcal

Elaboración

  1. Calentamos el horno a 180º.
  2. Hacemos un corte en la parte de arriba de las cabezas de ajos, como si les quitáramos el sombrero. Los ajos deben quedar a la vista.
  3. Colocamos las cabezas de ajos sobre papel de aluminio.
  4. Las untamos con aceite de oliva.
  5. Las envolvemos con el papel de aluminio y al horno.
  6. Las asamos durante unos 30-40 minutos (hasta que se ablanden).
  7. Las sacamos y esperamos a que se enfríen.
  8. Ya frías, las pelamos y sacamos los ajos.
  9. Los chafamos con un tenedor y un poco de sal y pimienta (o sin sal, claro).
  10. Si no queremos darle un toque especial, basta con pasar nuestra vinagreta a un bote de cristal y cubrir con un poco de aceite de oliva (ayudará a que se conserve más y mejor).
  11. Pero podemos mezclarla con un poco de pimentón, una cucharadita de miel, media guindilla machacada o alguna hierba. Tú decides.
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