Según ha informado la DPH, pese este cambio, el IEA mantendría plena independencia académica y sin merma alguna de las competencias y funcionalidades que viene presentando, en todo caso reforzando las mismas y focalizando toda su actividad en el ámbito de los estudios y de la investigación.

Con el cambio se pretende compatibilizar la participación de entidades colaboradoras y personas del ámbito cultural y científico, al igual que se ha venido haciendo hasta ahora, a través de un órgano de participación que tendrá la denominación de "Instituto de Estudios Altoaragoneses". De este modo, la marca e imagen que tiene el instituto se conservaría intacta, manteniendo también un Consejo Rector con naturaleza jurídica de Consejo Sectorial y con una composición similar a la actual.

En la reunión, celebrada este viernes, ha quedado aprobada la memoria de actividades de 2019, un año especial por la celebración del 70 aniversario desde su creación, y en el que se cumplieron los objetivos fijados en sus estatutos en materia de estudio, investigación y divulgación de la cultura y patrimionio altoaragoneses.

Durante el año pasado se celebraron actividades que atrajeron a numeroso público, sobre todo las más divulgativas, como las 'Noches Mágicas' o las proyecciones del documental del mes. Entre otros asuntos destacados de la actividad del último año, se encuentra la edición en digital de cinco revistas científicas y la edición en papel de más de una decena de publicaciones, como la relativa al panteón real de San Juan de la Peña o el libro 'Alberto Gil Novales (1930-2016). Los mundos del historiador'.

En cuanto a la biblioteca del Instituto de Estudios Altoaragoneses, destaca el alto nivel de utilización durante 2019, con acceso a la literatura científica, y su labor de digitalización de periódicos antiguos. Como novedad, el año pasado se creó el grupo de lectura 'La Llave', en homenaje a Ramón J. Sender.

Durante el Consejo Rector del IEA se daba cuenta también de la labor realizada por los ocho centros colaboradores en 2019, un año que fue el último de Pilar Alcalde como secretaria general del Instituto de Estudios Altoaragoneses desde su llegada al puesto en 1985, y también el de Fernando Alvira como director científico. El Consejo Rector ha subrayado la generosidad de este último, pues no percibió remuneración alguna por su labor.