Los andaluces son los que menos pagan por ir al cine. Las salas de la comunidad cuentan con los precios más baratos a nivel nacional, según un estudio elaborado por la asociación de consumidores Facua en el que se han analizado 128 cines de 33 ciudades españolas.

Las diferencias son abismales: hasta un 160% en el precio de la entrada en función de la ciudad en la que vivas, aunque la región es la más beneficiada en este sentido (con las seis capitales más baratas), donde la entrada de un día normal cuesta de media 4,9 euros frente a los 5,75 euros que se paga de media a nivel nacional.

En este sentido, Cádiz (4,35€), Jaén (4,50€) y Córdoba (4,53€) son las ciudades con los precios más competitivos frente a Huelva, donde hay que abonar seis euros por ver una película a todo plan. Es la única provincia andaluza que sobrepasa la media nacional.

Las salas de la comunidad siguen ofreciendo los precios más bajos los fines de semana y festivos, «precisamente, cuando más afluencia de público hay», recuerda la asociación de consumidores. Mientras en Andalucía cuesta de media 5,46 euros la entrada esos días, en Barcelona pagan 7,38 euros.

El incremento del precio los sábados y domingos respecto a los laborables puede llegar al 23%, como ocurre en Cádiz o Córdoba, por ejemplo. Los habitantes de Granada, Málaga y Sevilla pagan 5,50, 5,70 y 5,82 euros, respectivamente.

Día del espectador

Aunque el día del espectador ha subido de media un 8,7%, sigue siendo una de las ofertas más ventajosos para los cinéfilos. Sin embargo, no todas las salas cuentan con esta promoción: En Sevilla, por ejemplo, sólo dos de los ocho cines encuestados lo tienen.

Por otra parte, Facua denuncia la «falta de operarios» en muchos multicines, donde los usuarios «tienen que avisar cuando hay un fallo en una película» así como deficiencias en el aislamiento acústico.

Las palomitas vienen de casa

Algunos usuarios prefieren llevarse las palomitas y los refrescos de casa, pero los aperitivos no suelen pasar el filtro de la entrada. Facua recomienda a los clientes de los cines que denuncien esta práctica ilegal, ya que «los empresarios no pueden imponer que dichos alimentos se compren en las salas».

Allí, los mismos productos, sobre todo los refrescos, cuestan hasta cinco veces más caros que en otros establecimientos. En estas situaciones, la asociación de consumidores aconseja pedir la hoja de reclamaciones.