La morcilla de verdura, ése producto tan nuestro, también se está viendo afectada por la presencia masiva de China en la economía mundial. Y es que al menos la cuarta parte de la piel de cerdo que envuelve este sabroso producto se manipula en el país asiático.

La mano de obra barata en China ha animado a algunos carniceros a enviar la materia prima desde aquí, para que sea manipulada en el país asiático y rápidamente devuelta para su uso.

En cualquier caso,  muchos comensales prefieren separar la piel, que a veces resulta un tanto indigesta.

Pero hay más novedades en la elaboración de las morcillas de verdura, que al contrario que la tradicional morcilla de Burgos se consume tras ser cocida, y a veces también asada.

La innovación es muy palpable en las materias primas para la elaboración de la buzkantza.

Siempre está presente la sangre de cerdo, la cebolla, el puerro o la manteca. Pero además, resulta cada vez más habitual encontrarse con el sabor, disimulado, de canela o anís, algo impensable cuando nuestros abuelos  comían este producto.

Otros aditivos, como la guindilla picante o el orégano no resultan tan extraños, y ya hace años que se están utilizado.

Todo esto hace que el consumo de morcilla se mantenga a buenos niveles, sobre todo en zonas como Plentzia, Mungia, el Goierri guipuzcoano o Arrasate. Sin embargo, el mondeju, que se hace con sangre de oveja, tiene un difícil camino, ya que el Gobierno vasco impide comercializar la sangre de este animal. Ya sólo se pude probar en concursos.

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