Ágatha Ruiz de la Prada vuelve a creer en el amor y cree a lo grande. No tiene reparos en asegurarlo a los cuatro vientos si se le pregunta. "Estoy muy contenta. Es cierto", decía ante las cámaras una vez se hizo pública su relación con el empresario Luis Gasset.

Pero ¿quién es este hombre que ha hecho que la diseñadora olvide tan pronto a Luis Miguel Rodríguez y que nada más se conociera la noticia corriera a tomar algo con amigos a una terraza junto con su pareja, a la vista de todos (y de los paparazzis)?

El ocupante del corazón de la modista, a sus 52 años, es actualmente el Director General de Ansorena, una de las casas de subastas de arte y joyas con mayor renombre en nuestro país. De hecho, una de sus clientes ha sido ni más ni menos que la reina Letizia.

"Comprendo que tenga accesorios más lifestyle y modernos. Ella está por encima de la media del estilo del resto de reinas", aseguró en una entrevista en el periódico El Mundo por su nuevo puesto. Porque el mundo de la bisutería y de las piedras preciosas no le ha sido nunca ajeno.

Tras acabar sus estudios de Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, ha ejercido como asesor de joyería para varios miembros de la realeza y de la aristocracia, así como ha trabajado para marcas reconocidas como Loewe, Bulgari o LVMH.

Además, Gasset, viudo y con dos hijas adultas, también fue uno de los fundadores del periódico El Imparcial, lo que da muestra de su versatilidad laboral. No por nada aparecía recientemente en varios artículos como uno de los solteros de oro de España.

JON ARRILLAGA / GTRES

JON ARRILLAGA / GTRES

Pero parece que desde unos meses él y Ágatha Ruiz de la Prada están en total y completa sintonía desde que una amiga tomase parte como celestina y organizase una cena en la que ambos se conocieron y comenzaran una relación sentimental.

Esta, sin embargo, se ha visto resentida por la pandemia del coronavirus, por supuesto, sobre todo porque el empresario padeció la enfermedad y llegó a estar muy grave, lo que hizo que Ágatha estuviese muy pendiente de él durante esas semanas.

Queda implícito, por tanto, que cuando la diseñadora afirmó "Luismi y yo estamos en guerra pero tenemos que empezar a perdonarnos" no se refería tanto a una reconciliación sino a separarse de manera amistosa y sin guardarse ningún tipo de rencor.