Así es el búnker de la Casa Blanca donde se refugió Trump: bajo el Ala Este, sala de pantallas... y a prueba de explosivos

Protestas frente a la Casa Blanca
Protestas frente a la Casa Blanca.
EFE/EPA/JIM LO SCALZO
Protestas frente a la Casa Blanca
Protestas frente a la Casa Blanca.
EFE

Las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos del policía blanco Derek Chauvin en Mineápolis se están extendiendo por todos los Estados Unidos. El pasado viernes, en Washington D. C. algunos manifestantes se congregaron frente a la Casa Blanca. Mientras agentes del Servicio Secreto se enfrentaban a los manifestantes que trataban de retirar la barrera metálica puesta frente a la verja de la residencia del presidente, Donald Trump se protegía durante al menos una hora en el búnker subterráneo de la Casa Blanca.

Este lugar recibe el nombre de Centro Presidencial de Emergencias (PEOC) y es una infraestructura similar a un búnker construida bajo el ala este de la Casa Blanca donde, en casos de emergencia, el presidente junto a otros empleados del gobierno se pueden refugiar a la vez que mantienen la comunicación con el exterior.

Antecedentes de este búnker durante la II Guerra Mundial

Cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, tras el ataque japonés a Pearl Harbor, se construyó el Ala Este de la Casa Blanca y un refugio antiáreo para la protección del presidente Franklin D. Roosevelt.

En la presidencia de Truman, concretamente entre 1948 y 1952, este refugio antiaéreo fue renovado. El búnker se expandió y se actualizó su infraestructura para, aparte de soportar explosivos y otras formas de ataque, adaptarse a una nueva era donde las armas atómicas estaban presentes.

Según un artículo publicado hace dos años en The Drive, fue este proyecto de Truman el que inicia esta instalación secreta y segura que ahora tiene el nombre de Centro Presidencial de Emergencias (PEOC).

Fue utilizado durante el ataque terrorista del 11S

Antes del 11 de septiembre, esta instalación no era demasiado lujosa y era muy limitada en cuanto al número de ocupantes que podía albergar en su interior una vez estuviese herméticamente sellada. Carecía de la comodidad de la Sala de Crisis de la Casa Blanca pero ofrecía una protección mayor. El PEOC estaba pensado para que el presidente y el vicepresidente, además de sus familias y sus ayudantes, sobrevivieran.

El periodista estadounidense Garrett M. Graff publicó el septiembre pasado el libro 'The Only Plane in the Sky: An Oral History of 9/11' sobre el ataque terrorista que sufrió Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. En un fragmento de ese libro publicado en Politico algunos de los protagonistas comentan cómo vivieron aquella jornada y cómo era el PEOC.

El vicepresidente Dick Cheney, junto a Condoleezza Rice y otros miembros de la administración, fueron llevados al búnker durante el ataque, ya que las autoridades temían que uno de los aviones se dirigiese hacia la Casa Blanca. Aquella jornada, el presidente Bush estuvo fuera de la ciudad, pero, cuando regresó, esa noche hubo una falsa alarma por la amenaza de otro avión por lo que acabó yendo también al búnker. En 2015, se publicaron algunas imágenes de aquella jornada.

El comandante Anthony Barnes, uno de los presentes en aquella jornada, comenta que en aquel momento el PEOC consistía en "3 o 4 habitaciones". "La cámara de operaciones era donde mi equipo de vigilancia estaba respondiendo llamadas telefónicas y luego estaba el área de la sala de conferencias donde estaban el Señor Cheney y Condoleezza Rice". 

En otro libro publicado por Garret, 'Raven Rock', el periodista describe el PEOC de aquel momento como un largo pasillo con una sala de operaciones y comunicaciones de unos 55 metros cuadrados (en el original, 600 pies cuadrados), un área de información y una sala de dirección con pantallas. Según señala Barnes, en esta sala había "cuatro o cinco pantallas de televisión muy grandes de 55 pulgadas". Comenta que por aquel entonces no había televisores tan grandes y sorprendió incluso a Cheney.

No estaba suficientemente bien preparado

Según el propio Cheney, la instalación no estaba lo suficientemente preparada para responder a una situación de este tipo. Desde el búnker, Cheney no pudo comunicarse con el personal clave para estas situaciones.

Los grandes televisores no podían realizar videoconferencias y proporcionar el audio de las noticias al mismo tiempo, la instalación no contaba con los sistemas necesarios para que el presidente o el vicepresidente se dirigiesen a la nación y, en un momento dado, el CO2 aumentó demasiado en el búnker porque solo estaba preparado para albergar a un pequeño número de personas dentro de su entorno sellado.

En aquel búnker el presidente y el vicepresidente debían elegir entre sobrevivir en las instalaciones protegidas o gobernar el país. Por ello, tras los ataques del 11 de septiembre el PEOC se actualizó para ser capaz de mantener en contacto al presidente con el mundo exterior. 

Aunque existe mucho secretismo en torno a esta instalación, al parecer fue el propio Cheney el que se encargó de estas mejoras. Se instalaron nuevos sistemas de comunicaciones y mejoras en los sistemas de ventilación. 

En 2010, un gran agujero en el jardín del Ala Oeste de la Casa Blanca dio lugar a numerosas especulaciones sobre lo que la administración Obama estaría construyendo allí. Oficialmente constaba como una remodelación del aire acondicionado y otros sistemas mecánicos, pero parte del proyecto incluyó una expansión del PEOC con la actualización pertinente de sus sistemas de comunicación, informáticos y de ventilación para que el presidente pudiese operar durante largos periodos de tiempo. 

Según señala The New York Times, el búnker no ha sido usado mucho desde la llamada 'Guerra contra el Terror' y ha sido reforzado para resistir la fuerza de un avión de pasajeros que se estrelle contra la mansión que hay arriba.

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