La vida del estudiante no siempre es tan fácil como parece, sobre todo si sus circunstancias personales le obligan a trabajar al mismo tiempo.

El estereotipo de universitario que va de fiesta en fiesta sin pegar palo al agua cada vez es menos común. Ya sea por necesidad económica o por libre elección (normalmente en busca de independencia familiar), raro es encontrar hoy en día un estudiante que no tenga una responsabilidad laboral.

 Más difícil todavía

A ello se suma ahora la creciente dificultad de ingresar en el mercado laboral. La crisis ha mandado al paro a muchos trabajadores, pero también ha cerrado con llave la ya entornada puerta de los aspirantes a serlo.

Dada la situación actual, al igual que el empleado se siente afortunado sólo por conservar su puesto, el estudiante que tiene la suerte de hacer prácticas en una empresa debe valorarlo más que nunca y ser consciente de su importancia.

De hecho, la beca o el contrato a tiempo parcial en un trabajo relacionado con los estudios es la mejor opción para un universitario. Ni el título académico, ni la nota final ni el acabar la carrera con 20 años es tan relevante como la experiencia

Antes bastaba con ser diplomado, licenciado o Doctor para hacerte valer para un puesto. Pero la teoría ha pasado a la historia. La demanda de trabajo es incalculable, y lo que buscan las empresas es el mayor rodaje posible en ese tipo de trabajo.

Trabajar por dinero

Desgraciadamente, además de no haber hueco para todos, muchos universitarios no pueden permitirse esas condiciones de trabajo. Las prácticas de cinco horas diarias en pocos casos superan los 300 euros, por lo que no tienen otra alternativa que currar en algo totalmente inconexo con sus estudios.

En ese caso el problema se traslada a la compatibilidad de horarios. No es fácil encontrar un trabajo que te permita cumplir la asistencia obligatoria y estudiar para los exámenes.

Por ello, la mayoría recurre a los trabajos de tiempo parcial o de fin de semana, y, en caso de no ser posible, a los turnos de noche en la facultad o incluso a la educación a distancia. Aún así, nadie ha dicho que sea fácil.

Consejos

-Si buscas trabajo, sea del tipo que sea, comunícaselo a tu entorno y favorece que la noticia se extienda. Nunca se sabe de dónde puede salir una oferta.

-Procura que la jornada sea lo más corta posible con trabajos de tiempo parcial o de fin de semana (camarero, cuidado de niños o ancianos, profesor particular, teleoperador...)

-Planifica bien el tiempo y cumple tus objetivos. Para hacer todo tienes que ser responsable y constante, pero no te presiones demasiado ni te castigues si un día no lo consigues.

-Aprovecha los momentos libres para estudiar o avanzar en tus tareas: esperas de médicos y papeleos, transporte público, horas muertas entre clase y clase...

-Mantente informado de las ayudas económicas o becas de estudio, así como de tus derechos como trabajador en una empresa.

-Ten paciencia y asume que tardarás más en acabar los estudios, pero trata de asistir a clase y estudiar en la medida de lo posible. La vuelta atrás es complicada y, a veces, imposible.

-Prémiate y reserva un tiempo de ocio cada día.

Sara Oblisar, estudiante de Bellas Artes

"Me gustaría currar de lo mío mientras acabo el Doctorado, pero es muy difícil ganarse la vida así y tengo que trabajar en un bar de copas los fines de semana. Es cierto que retrasa mis estudios, por eso trabajo sólo tres días a la semana. Si no no podría investigar, escribir, asistir a las tutorías... además de pintar y organizar exposiciones. Es estresante, pero estoy acostumbrada; siempre he estudiado y trabajado al mismo tiempo".