Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, el conductor intentó huir y despistar a los policías, para lo que abandonó el automóvil y se intentó ocultar ente la maleza de una finca.

Los hechos se remontan a la madrugada de este pasado sábado, cuando los agentes que patrullaban con un vehículo camuflado sin distintivos policiales detectaron en la avenida Galicia a un vehículo que tenía señales de haber sido sustraído.

Los agentes se aproximaron al coche y reconocieron a su conductor, por ser un delincuente habitual detenido en varias ocasiones por hurto uso de vehículos. Cuando se identificaron y le solicitaron que detuviera la marcha, este desoyó las indicaciones policiales e intentó huir, lo que dio lugar a una persecución por las calles del barrio.

Después de realizar varias maniobras prohibidas y vulnerar todas las normas de circulación, los policías perdieron de vista el vehículo durante unos minutos, volviendo a localizarlo en la travesía Atanasio Menéndez con las puertas abiertas y sin ocupante.

En la búsqueda del conductor, los agentes revisaron varias naves y parcelas de la zona, alumbrándose para ello con los focos de los coches y las linternas, gracias a lo cual pudieron localizar al hombre buscado en el interior de una parcela vallada, agazapado en el suelo entre la maleza.

El hombre arrestado supuestamente había forzado el coche esa misma noche en el camino del Musel y había accedido al interior tras violentar la cerradura de la puerta y el bombín de arranque del coche con un destornillador que le fue intervenido.

También le incautaron una navaja multiusos, una linterna, unos guantes y un teléfono móvil que posteriormente se comprobó que estaba robado y que había sido denunciada su sustracción a finales del año 2019, cuando su dueño se percató de su desaparición tras haber estado en un bar de la calle Ceriñola.

El arrestado, vecino de Gijón, contaba con numerosos antecedentes , 37 detenciones en Asturias, la mayoría de ellas por robos en locales comerciales, bares y vehículos.