Los procesos concursales se han multiplicado por siete en Sevilla en el último año por culpa de la crisis. Si entre enero y septiembre de 2007, las empresas o personas físicas que se vieron imposibilitadas de pagar sus deudas fueron 10, en el mismo periodo de este año ese número ha ascendido hasta 69.

De estos procesos, 55 corresponden a empresas y 14 a familias o personas físicas sin actividad empresarial (en 2007 fueron 9 y 1). Y mientras que en los tres primeros trimestres de 2007 las empresas que peor lo pasaron fueron las relacionadas con la construcción (6 de 9), en 2008 fueron las de Industria y energía (12 de 55) y las inmobiliarias y de servicios empresariales (12 de 55).

Además en 2008 todos los sectores se han visto afectados, mientras que un año antes no hubo procesos concursales en Agricultura y Pesca, Comercio, Hostelería, Transporte y almacenamiento, resto de servicios y empresas sin clasificar.

Un procedimiento concursal se produce cuando un deudor tiene problemas para pagar a sus acreedores, que deben decidir qué es lo que harán con el patrimonio del deudor para obtener una ganancia que les permita pagar la mayor cantidad de créditos.

Las opciones son dos: reestructurar el patrimonio del deudor con el fin de cobrar al menos parte de su deuda; o liquidarlo y hacer frente con lo que se obtenga al mayor número posible de acreedores.

ÁNGEL YAGÜE

(Instituto Andaluz de Estudios Financieros)

¿Por qué aumentan los procesos concursales?

Se debe al empeoramiento generalizado de la actividad económica. En concreto, el motivo es la falta de disponibilidad de dinero en las empresas (liquidez).

¿Cuál es el motivo de la escasez de liquidez?

Que las empresas están sufriendo la tormenta perfecta. Por una parte se les está recortando su vía de financiación: los bancos no les dan créditos. Por otra, la crisis ha generado una disminución de las ventas. Puede ocurrir que un año se tengan beneficios pero no haya dinero en la caja.

¿Qué diferencia hay entre un concurso voluntario y otro necesario?

El voluntario es iniciado por la propia empresa. El necesario, por los acreedores.

¿Las consecuencias de un concurso necesario podrían ser diferentes a las del voluntario?

Sí. Puede llegarse a acusar a los administradores de la firma de negligencia o administración desleal por no haber iniciado el proceso concursal de forma voluntaria. En estos casos, los administradores podrían verse obligados a pagar las deudas con su propio patrimonio, no sólo con el de la empresa.

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