Durante el último trimestre, entre julio y septiembre, 24 empresas de Castilla y León y cuatro familias se declararon insolventes e iniciaron un proceso concursal (la antigua suspensión de pagos), según adelantó ayer el Instituto de Nacional Estadística (INE).

La cifra de empresas que han optado por esta medida para intentar salir a flote es el triple que en el mismo periodo del año pasado, cuando sólo fueron ocho sociedades. Respecto a las familias, sólo una se acogió entonces a un proceso concursal.

Quien más sufre la crisis es el sector de la construcción, en el que 10 empresas de la región han recurrido a esta fórmula ante la imposibilidad de afrontar los pagos. El resto de afectados son cuatro empresas del sector industrial, seis comercios, tres inmobiliarias y una sin clasificar. Por número de empleados, una sociedad tiene más de 100 empleados y dos entre 50 y 99 trabajadores. La mayoría, siete empresas, disponen de entre 20 y 49 puestos de trabajo. Dos empresas sólo cuentan con dos empleados.

«Normal en tiempos de crisis»

En España, el número de empresas y personas que se declararon insolventes en el tercer trimestre se disparó un 263,8% respecto al año pasado, hasta los 764 concursos. El crecimiento se debe, sobre todo, a los procesos emprendidos por las empresas del ladrillo, que han sumado el 46,3% de las insolvencias empresariales. El Registro de Economistas calcula que a finales de año unas 3.000 empresas y particulares se habrán declarado en suspensión de pagos, algo «lógico en tiempos de crisis».

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE VALLADOLID