La protesta del barrio de Salamanca se desinfla ante el despliegue policial y entre gritos de "Sánchez dimisión"

“España unida jamás será vencida”, “¡Libertad, Libertad!” y “30.000 muertos” gritan decenas de personas que se han concentrado este jueves por quinto día consecutivo en el barrio de Salamanca. Los manifestantes piden la dimisión de Pedro Sánchez por la gestión de la pandemia del coronavirus. Estas protestas han sido muy polémicas por no respetar las distancias de seguridad y la Delegación del Gobierno ha mandado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para garantizar que se respeten las medidas de distancia social.
Cacelorada en Madrid contra el Gobierno.
“España unida jamás será vencida”, “¡Libertad, Libertad!” y “30.000 muertos” gritan decenas de personas que se han concentrado este jueves por quinto día consecutivo en el barrio de Salamanca. Los manifestantes piden la dimisión de Pedro Sánchez por la gestión de la pandemia del coronavirus. Estas protestas han sido muy polémicas por no respetar las distancias de seguridad y la Delegación del Gobierno ha mandado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para garantizar que se respeten las medidas de distancia social.

El asfalto del Paseo de la Castellana estaba esta tarde más nuevo de lo habitual. El confinamiento, que ya dura dos meses, no ha parado la Operación Asfalto del Ayuntamiento de Madrid. Sobre las ocho, sus aceras han empezado a llenarse de los llamados ‘runners’. Sin embargo, conforme el tiempo iba avanzando, los corredores se entremezclaban con gente con banderas de España. Alguno, incluso, la llevaba pese a portar un oufit de deportista. Todos iban a la calle Núñez de Balboa, epicentro del barrio de Salamanca, donde se ha vuelto a vivir un conato de manifestación contra el Gobierno de la Nación similar al de los últimos días.

“Ya podían ser todas las manifestaciones así, eh”. Le decía un joven con jersey verde caqui a uno de los muchos policías que han ido hoy a controlar el acto de protesta, que no ha tenido tanto éxito como ayer. Aunque los manifestantes se podían contar por decenas y superaban sin duda la centena, todos estaban dispersos. No podían hacer otra cosa, ya que el intenso despliegue policial que ha establecido la Delegación del Gobierno se lo ha impedido.

Los policías, alrededor de 60, avisaban: “No podéis quedaros quietos, tenéis que andar”. La consigna era tan clara que cuando un periodista le ha preguntado a uno de los agentes sobre la cantidad de “manifestantes” que había, éste le ha corregido tildándolos de “paseantes” que, eso sí, no han causado incidentes más allá de alguna que otra identificación que ha derivado en algún momentos de tensión.

Suelo pasear siempre por aquí, entre Salamanca y la Castellana”, explicaba Javier, de 28 años a 20Minutos. Con una bandera de España al cuello porque “es de su país y le gusta”, contaba que seguirá viniendo en los próximos días “siempre que se respete la distancia de seguridad”. De fondo, eran sonoros los gritos de “Sánchez, dimisión” o “libertad, libertad”. Maribel, de 63 años, gritaba con énfasis este último lema porque, dice, ella quiere ser libre. “Ya me defenderé yo del virus”, insistía mientras asomaba su collar de perlas tras la enseña nacional que, eso sí, ella llevaba alrededor del cuello. En una conversación con este diario contaba que “vivió la dictadura de Franco” y que está en contra de las dictaduras de derechas, “pero más” de las de izquierdas.

La rojigualda la llevaba como un manto otra de las asistentes que pedía mantenerse en el anonimato pero que, sin embargo, sí quería declarar para acusar al Gobierno de “inacción”. “El Gobierno no ha hecho nada y lo poco que ha hecho lo ha hecho mal”, aseguraba y, además, se quejaba de la insistencia de la Policía para que guardaran la distancia de seguridad, convertida casi en una obsesión tanto por los manifestantes como por los agentes. Y es que, según explicaron fuentes de la Delegación del Gobierno a 20minutos, no se puede erosionarel derecho a la manifestación pero, explicitan, la gente no puede agruparse en la calle y quedarse quieta. Mucho menos, si lo hacen sin guardar la distancia de seguridad interpersonal. En ello insistió varias veces José Manuel Franco, delegado del Gobierno en Madrid, cuando dijo a primera hora del día que "una cosa son las caceroladas, que todo el mundo tiene derecho a hacerlas, pero otra cosa es incumplir el estado de alarma".

Una opinión similar mostró el alcalde capitalino, José Luis Martínez-Almeida, que en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno celebrada este jueves explicó que el Ayuntamiento "reconoce el derecho de protesta", pero con las restricciones impuestas. Así, alertó de que si se siguen produciendo manifestaciones similares sin respetar el orden, "las Fuerzas de Seguridad del Estado tendrán que actuar", aunque se desmarcó de la responsabilidad policial.

Más dura se mostró la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, que acusó al Gobierno de aprovechar que las familias están "encerradas en sus casas y no pueden salir a manifestarse aunque sea por las tardes en su propia calle" para, dijo, "imponer todo tipo de barbaridades". "Esperen a que la gente salga a la calle porque lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma", espetó a los grupos de la izquierda.

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