Es jueves. Mientras para unos acaba la jornada y sólo piensan en descansar, para otros la noche no ha hecho más que empezar. Centenares de jóvenes aprovechan el relax estudiantil de los viernes para reunirse con sus amigos en casa, unos encuentros que acaban en muchas ocasiones con la visita de la Policía por el volumen de la música o de las conversaciones. Y es que las fiestas en domicilios particulares, que se prolongan los fines de semana hasta altas horas de la madrigada,

Según los datos facilitados por el área de Medio Ambiente, las denuncias a actividades domésticas (la mayoría por fiestas privadas en domicilios, coches discotecas, etc.) superaron por primera vez el año pasado a las tramitadas contra los locales de ocio.

Medio Ambiente tramitó en 2007 (últimos datos recopilados por la concejalía), un total de 329 denuncias por incumplir la ordenanza sobre contaminación acústica: 148 (correspondieron a actividades domésticas), 53 a ruido de motocicletas y 128 al grupo en el que se incluyen los establecimientos de ocio.

Este cambio responde, según fuentes del área, a la puesta en marcha del Plan Jericó por el que el Ayuntamiento controla los niveles sonoros de los pubs (hay 250 establecimientos adheridos), entre otras cosas.

Ofensiva

Además, en los últimos años el Consistorio ha mantenido una ofensiva contra el exceso de ruido en los locales, unos controles que están dando los primeros frutos. Ahora son los festejos privados y demás griteríos domésticos los que recogen el testigo: las multas por estos motivos se han duplicado en sólo un año, 80 (en 2006) frente a 148.

Línea directa con la Policía

El Ayuntamiento recuerda que está a disposición de los ciudadanos el teléfono del ruido, el 092 (el mismo que el de la Policía Local), un número que echa chispas los fines de semana. Según fuentes de Medio Ambiente, la Policía Local acude al domicilio a raíz de la denuncia de un vecino «y hace allí los controles de ruido pertinentes». La sanción media es de 251 euros.

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